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Un mar de cápsulas, una vez perdidas las flores, en la plantación autorizada de adormidera ubicada en el término municipal de Grañón. :: ALBO
El opio del pueblo... de Grañón
GRAÑÓN

El opio del pueblo... de Grañón

Agricultores de la localidad cultivan diez hectáreas legales de adormidera

JAVIER ALBO santodomingo@larioja.com

Martes, 5 de julio 2011, 09:20

Sobrepasados los lindes de La Rioja, en dirección a Belorado, algunas plantaciones de amapolas sorprenden -cuando es la época de floración- a los ocupantes de los vehículos que circulan por la N-120. Casi nadie sabe qué cultivo es, pero todos coinciden en que «es bonito», a la vista de las grandes amapolas que extienden sobre el campo una inmensa sábana de pétalos blancos.

Es la , la adormidera; la planta de la que se extrae el opio, o, a partir de la cual previo proceso químico, se puede obtener la heroína. Su vinculación a estas drogas le ha dado muy 'mala prensa', muchas veces por el desconocimiento de que son otros, y muy importantes, los usos farmacológicos que tiene. De ahí su presencia en los campos al lado de las carreteras y no escondidas. España es, de hecho, uno de los principales productores mundiales de opio legal con más de 12.000 hectáreas autorizadas y controladas en todo el país.

La adormidera se ha metido en La Rioja a través de unas diez hectáreas plantadas en fincas particulares del término municipal de Grañón, que se esperan cosechar en un par de meses. En el pueblo, la mayoría de sus vecinos desconoce su existencia. «A algunos, en la época de floración, les llamó la atención porque era un cultivo nuevo, pero han sido cuatro los que se han enterado», dice el alcalde, José Ignacio Castro. Sus palabras se ratifican sobre el terreno. «No tengo ni idea, majo», dice junto a la iglesia un hombre. «¿Amapolas blancas?», se extraña otro. «¿Para qué dices que sirven?». El periodista pasa, de preguntar, a ser preguntado...

La plantación se encuentra inscrita en el registro de explotaciones agrarias de la Consejería de Agricultura, un trámite básico dentro de los otros muchos que debe cumplir un cultivo sujeto a un estricto control en su producción y comercialización, porque España desde luego no es Afganistán, primer abastecedor mundial del cultivo ilegal dirigido al tráfico de estupefacientes. Entre ellos se incluye, desde una autorización individualizada y una certificación de idoneidad, hasta escolta policial en el movimiento del producto, a fin de garantizar que no se desvíe hacia el mercado ilícito.

En Grañón, como en el resto del país, su cultivo se dirige a la industria farmacéutica. Gracias a estas amapolas, enfermos y agonizantes han hecho su dolor más llevadero; millones de personas han curado su tos o sentido el alivio de sus efectos analgésicos. Curiosamente, también se emplea en tratamientos de desintoxicación. De sus grandes cápsulas, que convierten las plantaciones en singulares extensiones de bolas suspendidas por un largo tallo, se obtiene la morfina, la codeína o la tebaína, entre otros productos. Sus semillas también se utilizan para la alimentación o usos terapéuticos. Es una planta de cultivo muy restringido, rentable y que permite una buena rotación de cultivos, ya que no castiga la tierra.

En España, es la empresa Alcaliber la que desde 1973 garantiza el abastecimiento de materias primas estupefacientes, mediante la extracción, purificación y síntesis de los alcaloides que contiene la planta, que son el opio y la denominada 'paja de adormidera' (todas las partes de la planta una vez cortada, salvo las semillas).

La variedad es la utilizada en territorio español. De nada vale asaltar una finca para, a través de la planta, procurarse un buen 'colocón'. Directamente, a lo máximo que puede aspirarse es a unos buenos retortijones, incluida una interminable sucesión de nauseas. Mejor conformarse con disfrutar visualmente de su floración, o, si llega el caso, acudir a la farmacia a por alguno de los jarabes que con ella se fabrican contra la tos. Esta amapola compendia lo positivo y lo negativo, pero sólo por el uso que el hombre hace de ella. Cuentan que ya lo dijo un médico chino en el siglo XVI: «La adormidera produce una droga de la que se dice cura, aunque mata como un sable...».

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