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M. GLERA
Sábado, 18 de junio 2011, 13:12
Juan Hortelano ya está en la cárcel. El expropietario del Club Deportivo Logroñés ingresó ayer en prisión por mandato de la juez Isabel González. Apenas 24 horas después de firmar una orden de búsqueda, captura e ingreso en prisión del empresario madrileño. Según informaron fuentes judiciales, Hortelano fue conducido a un centro penitenciario de la Comunidad de Madrid, aunque no precisaron a cuál. Ahora, el Juzgado de lo Penal de Logroño deberá realizar las gestiones oportunas para recabar todos los detalles. Así, cuando Isabel González fije una quinta fecha para el juicio en el Juan Hortelano aparece como demandado, podrá reclamar su presencia. Hortelano llegará directamente desde la celda donde ha quedado recluido. La pregunta que queda en el aire es cuándo se celebrará un nuevo juicio oral.
El primero se fijó para el 15 junio del 2010; el cuarto para el 16 de junio del 2011. Doce meses es mucho tiempo, máxime cuando a la Justicia le puede invadir la sensación de que se están riendo de quienes la administran. Seguramente, el juicio entre Gesport Espizua y el Club Deportivo Logroñés representado por Juan Hortelano y Fernando García Noriega es de los menos importantes, económicamente, a cuantos se han vivido a lo largo de los últimos quince años. Gesport Espizua reclama un pagaré de 11.419 euros que no se le abonó con fecha 30 de mayo del 2004. A esta cifra se suman 3.448 euros en concepto de intereses y 75 de gastos. La Fiscalía solicitaba para ambos dos años de prisión y una multa de 12 euros diarios durante 16 meses. Entiende la Justicia que tanto Hortelano como Noriega pueden haber incurrido en un delito de alzamiento de bienes.
A esta apreciación se suma también la creación de Tangerine Marketing y Publicidad. En el cine la calificarían de 'tapadera'. A cambio de un euro podía gestionar la actividad del club, sobre todo la económica. Aunque asumía la deuda, lo más importante es que recogía los ingresos, que escapaban a la amenaza del embargo. Y los recogió.
Su actuación más destacada, al menos públicamente, fue alquilar Las Gaunas (cuando no podía hacerlo, pero el Ayuntamiento le otorgó un permiso concreto) los días 25, 26 y 27 de julio del 2008 a los Testigos de Jehová. Tangerine se embolsó 13.920 euros tres días antes de que el Logroñés descendiera a Tercera División por no pagar a sus jugadores. La Justicia no sólo ha anulado el contrato entre Tangerine y el club, sino que además lo vinculaba a la imposibilidad de cobrar al Logroñés las diferentes deudas acumuladas porque los ingresos los había desviado a otra sociedad.
Nueve años de conflictos
Desde su llegada a Logroño en febrero del 2002, Juan Hortelano ha convivido con la Justicia prácticamente a diario. Incluso para comprar las acciones del Logroñés. A partir de ahí lidió con diferentes juicios (a muchos no se presentó el club) por impago de cantidades a jugadores, técnicos, proveedores,... Ya en sus primeros pasos buscó la fórmula de eludir embargos y habilitar fuentes de ingresos que escapasen al control judicial y de sus acreedores. En sus primeros meses en el Logroñés creó la empresa CDL, a la que se cedían determinados derechos económicos. Está se encargaría de crear una marca nueva para el Logroñés... y recaudar.
Sin embargo, ha sido una sociedad de intermediación de jugadores la que le ha llevado a la cárcel. Mejor dicho, el comportamiento del madrileño. El 15 de junio del 2010 se citó a las partes implicadas. Juan Hortelano no se presentó y se dio orden de búsqueda y captura. El 13 de enero del 2011 era la segunda fecha elegida. Hortelano acudió sin abogado y logró aplazar la vista. Así llegó al 15 de febrero, apenas un mes después. Nuevo aunque no inesperado giro: su abogado, de oficio, renunció a la defensa horas antes de entrar en la sala del Juzgado de lo Penal. La paciencia de la Justicia se agotaba y se fijó fecha para el 16 de junio, un año y un día después de la primera citación. Y Juan Hortelano no apareció.
Afirmaba en pasillos Fernando Noriega que la noche anterior, la del miércoles, Juan Hortelano le había asegurado que comparecería en las dependencias de Bretón de los Herreros. El papelón le tóco al abogado Javier Morata, que a buen seguro abrió los ojos ante tal historia. Porque además, el letrado tuvo que defender que su representado había sido hospitalizado en Majadahonda. La confirmación vía fax acabó por determinar la suspensión del juicio y la decisión de la titular de la sala de que se buscase, capturase y llevase a prisión a Juan Hortelano. Horas después se confirmaba la decisión.
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