La temporada que bajamos del cielo

Quintos en la Liga Asobal, semifinalista en la Copa EHF, disputar la Copa del Rey... La temporada 2010-2011 fue la más espectacular para un equipo humilde y modesto, sobre todo en su presupuesto, como lo es el Naturhouse. Y la afición se mal acostumbró al éxito, a derrotar sin complejos a equipos como el Reale Ademar, el Granollers o el CAI Aragón. A jugarle de igual a igual a equipazos que tenían cinco veces más de presupuesto, como el Lemgo alemán, campeón de la Copa EHF.

Por eso, la cachetada sonó fuerte este año. El Naturhouse tuvo que agachar la cabeza y volver a sus bases. La primera vuelta de la Asobal le hizo sonrojar de vergüenza: sólo ganó cinco encuentros de los quince disputados, con algunos auténticos batacazos, como la caída en el Palacio de los Deportes frente al Arrate, que significó caer en una depresión al conjunto franjivino.

A un juego sin sensaciones positivas se le unieron algunos lesionados y unos muy malos arbitrajes, que hicieron hundir más a los de Jota González. De hecho, el nuevo fichaje Víctor Hugo López no pudo tan siquiera debutar con la camiseta del Naturhouse, al romperse el ligamento cruzado de su rodilla. Luego, a cuentagotas, fueron cayendo hombres importantes como Alfredo Sorrentino, Unai Arrieta, Paco López, Ales Silva, Marc Amargant, Sasha Tioumentsev, Miguel Ángel Velasco, Ismael Juárez y Nikola Kojic, que se fracturó varios huesos de la cara en un encontronazo con Gurutz Aginagalde en la derrota en Puerto Sagunto.

Con el tema de los árbitros, el CB Ciudad de Logroño dejó varios puntos en el camino, entre ellos las derrotas con el Amaya Sport San Antonio y con el Fraikin Granollers. Y dejó de lado los objetivos marcados (Copa del Rey y Europa) para centrarse en uno mucho más complicado e inesperado: luchar contra el descenso. Las cosas no podían pintar peor. De hecho, Jota González comenzó a replantearse, al final de la primera vuelta, si seguía al frente del proyecto o no, pese a pasar la tercera ronda de la EHF frente a la Metaloplástika serbia.

El descanso navideño le vino bien al equipo y, sobre todo, a su entrenador, que extendió su contrato dos años más y renovó sus pilas. El primer partido en el Palacio mostró el cambio: una gran victoria frente al Ademar calmó los ánimos y ofreció un horizonte más tranquilizador. Los triunfos frente al Torrevieja, al JD Arrate y al Toledo garantizaron la permanencia en la Asobal, por lo que el equipo se concentró en Europa.

Llegó la eliminatoria frente al Tatabanya Carbonex, que quedó sentenciada en Logroño, y el Naturhouse siguió sonriendo frente a los rivales de su liga, aunque cayó en casa con el Cuenca. Llegó el enfrentamiento contra el Nordsjaelland Handbold danés y los franjivino sacaron toda su casta, el Palacio se vistió de fiesta, y por segundo año consecutivo pasó a la semifinal de la Copa EHF. Objetivo Europa, conseguido.

Pero para ser feliz, el Naturhouse estaba condenado a sufrir. Una de sus figuras, el primera línea Sasha Tioumentsev se rompió la mano en Dinamarca, donde marcó nada menos que trece goles. Sin embargo, en Pamplona, el Ciudad de Logroño mostró que está para grandes cotas, pese a la irregularidad del año.

Llegaron entonces las despedidas, entre ellas una muy simbólica: Marc Amargant anunciaba su retirada del balonmano profesional. También dijeron adiós otro de los jugadores más queridos por la afición, Javier Parra, por motivos de estudio; Alfredo Sorrentino, Nikola Kojic, Gregor Lorger, Paco López y Rok Praznik, este último pese a tener un año más de contrato.

Y el nuevo Naturhouse comenzó a mostrar su cara. Con otros nombres (Jorge Martínez, Pedro Rodríguez, Nicola Prce, Capote, Paván...) los franjivino vuelven a poner a Europa y la Copa del Rey entre ceja y ceja. Pero esta vez muy en serio.