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Una de las dos máscaras ubicadas en la fachada de acceso principal a la discoteca Macumba. :: SANDA
MACUMBA, LA FIESTA DEL LUGAR
CULTURA

MACUMBA, LA FIESTA DEL LUGAR

Los grandes artistas de los 70 y 80 actuaron en Rincón de Soto: Julio Iglesias, Camilo Sesto, Raffaella Carrá, Juan Pardo, Serrat, Sabina, Barón Rojo, Ramoncín, Leño y Moncho Borrajo. También se sorteaban coches, motos y vacacionesEn 1976 abrió la discoteca Macumba en Rincón de Soto con capacidad para 4.000 personas y se convirtió en la sala de moda del norte del país

SANDA SÁINZ

Domingo, 3 de abril 2011, 12:03

Hablar de la discoteca y sala de fiestas Macumba en Rincón de Soto conlleva despertar un sin fin de recuerdos, emociones y pasiones. Abrió sus puertas en 1976 al borde de la carretera nacional 232 y pronto se convirtió en un lugar emblemático con una época dorada de éxito hasta mediados de los ochenta, un cambio de rumbo fallido como Doberman y una tercera etapa bajo el nombre de Nueva Macumba hasta los noventa.

El promotor José Luis Bravo trabajó en ella como agente de espectáculos durante la década de los ochenta. «Tenía una capacidad superior a las 4.000 personas -la segunda más grande de España-, dos plantas, tres barras y, además de la pista principal, dos apartados con distintos tipos de música: uno de ellos de música lenta para matrimonios y parejas». El proyecto lo inició el promotor guipuzcoano José Miguel Izaguirre y costó 50 millones de pesetas, una barbaridad para aquellos años por lo que tuvo que recurrir a otros inversores como los hermanos Piñeiro, de Calahorra y Domingo Zaratiegui, de Tafalla.

«La plantilla estaba formada por más de veinte personas entre camareros, aparcacoches-seguridad, disc-jockeys y guardarropas. Había actuaciones tres fines de semana al mes y al cuarto se sorteaba un coche; fue un boom», relata Bravo. «Macumba sirvió de trampolín para muchos artistas, todos los estaban dispuestos a traer a sus figuras y eso que eran momentos de bonanza y tocaban mucho. La sala tenía un buen equipo de sonido, pero la mayoría venía con el suyo. A los grupos y solistas se les daba todo tipo de facilidades (excepto excentricidades) y los camerinos estaban muy bien acondicionados».

Sin duda alguna Macumba se erigió como un referente en la zona norte. Acudían jóvenes del País Vasco, Castilla León, Navarra, resto de La Rioja, incluso se fletaban autobuses desde Zaragoza para venir a Rincón de Soto. Muchos estrenaban su carné de conducir viajando con los amigos a Macumba.

Bravo lamenta que «hoy en día el público selecciona sus grupos a la hora de ir a conciertos; entonces era la sala por antonomasia y la gente venía por el hecho de ver una actuación sin importar quién fuese el artista».

Prácticamente todas las bandas y solistas que triunfaron en los setenta y ochenta pasaron por el escenario de esta discoteca: Julio Iglesias, Camilo Sesto, Bertín Osborne, Raffaella Carrá (uno de los llenazos históricos del recinto), Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, La Década Prodigiosa, Objetivo Birmania, La Orquesta Mondragón, Los Ronaldos, Mari Trini, Rocío Durcal, Rocío Jurado, Miguel Ríos, Los Chichos, Barrabás, Alcatraz, los grupos del sello Chapa (Barón Rojo, Leño, Tequila, Cucaracha, Burning entre otros), Rosendo y una larga lista que hace que sea más fácil enumerar a los que no estuvieron en la Macumba en esos años.

Como profesional, Bravo destaca a Juan Pardo: «actuó en tres ocasiones, en una de ellas me llamó su para que tuviese preparado a un practicante para pincharle porque venía enfermo y no quiso suspender la actuación». A María Jiménez la define como «una gran artista» y de Ramoncín dice que «la última vez que vino era ya un músico consagrado y una persona muy inteligente».

También humor

Pero no sólo había conciertos, también espectáculos humorísticos con Moncho Borrajo, los Hermanos Calatrava, Juanito Navarro o Bigote Arrocet, quien recién llegado de Chile abarrotó la sala. Las fiestas de Navidad con abundante champán y grandiosos cotillones fueron históricas y los sorteos eran una constante: coches (el primero lo entregó Kiko Legard, presentador del Un, Dos, Tres), motos, bicis, viajes, vacaciones a Benidorm para cuatro personas con todos los gastos pagados, etc.

El rinconero Luis Pérez fue uno de los agraciados con un Seat 133, pero no el único de su entorno: «A mi hermano le tocó otro y a un amigo, un Seat 128 cuando cambiaron de modelo. Con las entradas te daban vales para los sorteos», afirma y prosique: «También recuerdo que una vez se organizó un concierto cuya recaudación fue donada al equipo de fútbol River Ebro».

«La Macumba se construyó en el basurero municipal», recuerda Ramón Medrano, que destaca «la buena relación entre la gente de todos los pueblos que acudían a la discoteca» y mantiene en su retina la imagen curiosa de «las pilas de vasos de tubo de dos metros de altura que llevaban los encargados de recogerlos hasta las barras. Era digno de ver».

El matrimonio formado por Félix Sáinz y María Jesús Subero trabajó allí, él como aparcacoches y seguridad, y ella en el guardarropa. «Había un escenario fijo y al final también pusieron uno provisional para los conciertos menores y una barra con comida (hamburguesas y bocadillos)», apostilla.

A Carlos Ramírez en la comarca de Cervera le llaman 'el macumbita' por ser de Rincón. «Lo de la Macumba fue muy fuerte, pues venían de todos los sitios y el pueblo se llenaba. Una vez a Ramoncín le tiraron un sofá o una butaca desde el piso de arriba en un concierto, si le llegan a dar...», detalla.

Los cambios en la sociedad y en la mentalidad de los jóvenes respecto a la música en directo, además de la moda de ofrecer conciertos gratuitos por parte de los ayuntamientos en todo el país, provocaron la decadencia de la sala, que cerró en diciembre de 1990. Hasta 1994 se alquiló para celebrar banquetes de boda y, desde entonces, funciona como club de alterne, pero esa es otra historia...

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