JAVIER CAMPOS ,
Viernes, 18 de marzo 2011, 08:51
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Y el pleno se convirtió en una especie de misa de una. Una confesión general que, ante la negativa del Grupo Municipal Popular, no sirvió para la expiación de los pecados cometidos por el Gobierno de La Rioja contra el Ayuntamiento de Logroño. «Pero si no nos reciben, si nos niegan hasta el saludo, si nos niegan hasta la paz en la iglesia...», llegó a decir el concejal del equipo de Gobierno municipal Domingo Dorado en un momento del purificador debate.
El pleno extraordinario celebrado a solicitud del Grupo Municipal Socialista en relación a los incumplimientos del programa electoral de Pedro Sanz con la capital regional sirvió de excusa al Ayuntamiento para censurar las maneras del presidente con Logroño. «Quiere ser el cura, el monaguillo y hasta el que se casa...», ironizó el portavoz municipal, Vicente Urquía, haciéndose eco de las declaraciones realizadas por el propio Sanz al ser preguntado por el supuesto 'desprecio' a Logroño y a su alcalde durante la reciente visita al Hogar de Mayores y Centro de Día de Lobete.
«El que busque el tema en quién celebra la misa o en quién ayuda al cura es su problema.», dijo el presidente entonces. Algo que no parece convencer ni a PSOE ni a PR según lo escuchado ayer. «La autonomía municipal de Logroño está secuestrada por Pedro Sanz», concluyó el socialista Dorado a modo de epílogo de la intervención del regionalista Ángel Varea, quien dejó claro que el problema del presidente del PP es que «en ningún momento de la legislatura ha reconocido como legítimo a este equipo de Gobierno surgido tras el correspondiente pacto».
Argumentos y frases de cara a la galería que no fueron compartidos en momento alguno ni por Mar San Martín ni por Cuca Gamarra. De hecho, esta última se refirió al 'pimpampum' al que estaban siendo sometidas ambas concejalas, con la figura de un Sanz omnipresente sobrevolando el salón de plenos, de «debate estéril con el que PSOE y PR tratan de tapar su incapacidad». «Si la ciudad no progresa es por culpa del alcalde», se sumó a su defensa San Martín.
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«La mayor lacra de esta ciudad en los últimos cuatro años se llama PSOE», lanzó Cuca Gamarra. Tomás Santos recurrió al informe de Mercociudad 2010 para poner en valor que ha sido precisamente durante la presente legislatura cuando Logroño ha llegado a ser considerada la mejor ciudad de España para vivir. «Algo tendrá el agua cuando la bendicen», rezó el alcalde sumándose a los derroteros por los que transcurría la liturgia.
Cansados de tanta «discriminación» y hastiados de una «falta total de lealtad», tanto socialistas como regionalistas acusaron a la candidata del PP a la Alcaldía de ser la «voz de su amo» y actuar como representante del Gobierno de La Rioja en el Ayuntamiento de Logroño en lugar de obrar como defensora de los intereses de los logroñeses.
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Un amo del que, por cierto, el primer edil logroñés criticó sus «malos modos», su «continuo ninguneo» al alcalde, su «constante insulto» y su «falta de corrección» con quienes, en palabras de su socio Varea, impiden «que extienda su reino también por Logroño».
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