JAVIER CAMPOS jcampos@diariolarioja.com
Viernes, 19 de noviembre 2010, 10:09
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Adrián, Asier y Daniel presumen de madre. Lo hacían antes, cuando era conductora de autobuses urbanos en Logroño, y lo siguen haciendo ahora, con un motivo añadido que no olvidarán jamás.
Noemí de Diego, a sus 36 años, se ha convertido en la primera mujer taxista en la capital riojana. Un hito, que si bien llega casi cuatro décadas después de que la pionera hiciese lo propio en León, provoca que cualquier hijo se sienta orgulloso.
Los suyos lo están... y los que más. «Ven a una mamá conductora profesional, diferente a las otras madres», se sincera emotiva esta logroñesa tras reconocer que el hecho de que Diario LA RIOJA pase a ser su primer cliente «les hace casi más ilusión a ellos que a mí».
Tras casi una década al volante de uno de los vehículos del transporte urbano de la capital, Noemí es desde ayer una compañera más del casi centenar de taxistas que, actualmente, prestan servicio en Logroño. «Espero que así me vean como una más... En los autobuses nunca tuve ningún problema y aquí estoy convencida de que será igual», confiesa en un intento de quitarse sus miedos iniciales.
Si bien ha habido y hay taxistas con nombre de mujer en algunos de los pueblos de La Rioja, a Logroño le ha costado subirse al... taxi. Noemí, que inicia su andadura en el sector como asalariada, confía en, pasado algún tiempo, poder acceder a su propia licencia. «Siempre hay alguien que se jubila con intenciones de vender y, en cualquier caso, puedes solicitarla en el Ayuntamiento, si bien ya debes estar trabajando en el mundillo», explica en pleno recorrido.
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Con el número de licencia 47 bien visible en el salpicadero, el vehículo que conduce, al igual que la gran mayoría, se encuentra asociado a Unitaxi, siempre pendientes del 941 50 50 50 para acudir a una posible llamada del cliente. «Estoy pendiente de recibir las tarjetas, pero de momento iré tirando e iré dando mi móvil particular a quien me lo pida: el 600 491 336», informa.
Y es que Noemí, como mujer, es consciente de que a determinadas horas de la noche se podría dar la circunstancia de que otras mujeres, «especialmente chicas jóvenes», se sientan más cómodas y confiadas si es una de ellas la que les lleva a casa.
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¿Por y para mujeres?
Pese a ese plus añadido, Noemí no duda en reconocer que ideas como los denominados 'taxis rosas', taxis conducidos por mujeres y exclusivos para clientas femeninas, «no dejan de resultar algo discriminatorias». «¿Te imaginas que los taxis conducidos por hombres sólo cogiesen a hombres? Como clienta puedo llegar a entender esa mayor confianza que da el subir con una mujer, ahora bien, siempre que no se deje de montar con hombres», añade más relajada.
La charla transcurre fluida durante la carrera. «Y si hay que hablar de fútbol o de toros, pues se habla de fútbol y de toros», responde al ser preguntada por los temas de conversación entre asientos tras bajar la bandera y poner en marcha el taxímetro...
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¿Y qué hay de los tradicionales temores a trabajar de noche? «Siempre da un poco de respeto porque no sabes lo que te puedes encontrar y hay gente para todo... Ahora bien, Logroño es una ciudad para nada insegura e instalando una cámara o una mampara problema solucionado», contesta. ¿Consejos en este sentido? «Cuidado con quién montas y de qué hablas», comenta con la lección bien aprendida.
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