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COLPISA
Miércoles, 6 de octubre 2010, 02:18
El Premio Nobel de Física 2010 fue atribuido este martes a dos científicos de origen ruso, el nacionalizado holandés Andre Geim y el ruso-británico Konstantin Novoselov, quienes con un trozo de cinta adhesiva y un lápiz común y corriente descubrieron el grafeno, una forma revolucionaria del grafito, que va a transformar la electrónica del futuro.
A partir de un elemento tan común como el grafito, que se encuentra en las minas de los lápices, Geim y Novoselov aislaron el grafeno, un nuevo material que «sobrepasa netamente en rapidez» a los transistores clásicos de silicio, lo que permitirá fabricar computadoras «más eficaces», indicó el Comité Nobel de la Academia de Ciencias de Suecia.
«Como es prácticamente transparente y buen conductor, el grafeno es compatible para producir pantallas táctiles, paneles luminosos y quizás también captores solares», señaló el Comité Nobel en su comunicado. Geim y Novoselov, respectivamente el 187º y 188º Premio Nobel de Física, nacieron en la ex Unión Soviética y trabajan juntos y enseñan en Manchester (Gran Bretaña). «Impactado» por la noticia, Novoselov, de 36 años, uno de los galardonados más jóvenes de la historia de los Nobel, se abstuvo por el momento de comentar su premio.
En cambio, su colega de la Universidad de Manchester dijo a la televisión sueca que la noticia del premio no le hizo cambiar sus planes para el resto del día. «Me voy al trabajo. Mis planes no cambian», declaró Geim, de 51 años, inmediatamente después de recibir la noticia del galardón.
En un artículo publicado el 2004, Geim y Novoselov anunciaron el descubrimiento de un nuevo material bidimensional, reducido al espesor de un átomo, compuesto de una lámina única de grafito con una estructura de nido de abeja.
Contrariamente a los otros materiales bidimensionales conocidos hasta ese momento, el grafeno presenta propiedades físicas sobresalientes que lo hacen muy resistente y excelente conductor. Uno de los aspectos más destacados del descubrimiento de los flamantes Nobel es su simplicidad. Con una cinta adhesiva normal lograron obtener una laminilla de carbono del espesor de un átomo.
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