La rioja

Piquetes bajo control

La fuerte presencia policial impuso la calma en los polígonos regionalesMadrugada en Logroño: un equipo de Diario LA RIOJA se 'empotra' entre un grupo de sindicalistas

JAVIER CAMPOS

Jueves, 30 de septiembre 2010, 11:05

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Las agujas del reloj apenas marcan las cinco de la mañana. La noche arrecia y, justo al abandonar una circunvalación sin tránsito, dos fuertes explosiones y sendas columnas de humo indican que hemos llegado justo a tiempo. El olor a chamusquina nos guía hasta una de las entradas de La Portalada, donde media docena de neumáticos arden cortando el paso a los escasos vehículos que a esa hora circulan por el polígono.

De repente, el ruido de sirenas y las luces de los coches-patrulla anuncian y dejan constancia de la masiva presencial policial. Varios integrantes de uno de los piquetes más numerosos de la región se dan a la fuga saludando con la mano a la altura de la rotonda de Talleres Ruiz sin ver cómo, en un suspiro, agentes de la Policía Nacional retiran una 'barricada' más aparatosa que efectiva.

La calle Picón, haciendo honor a su nombre, huele a brasas mientras en sitios muy concretos pueden verse diferentes subgrupos 'custodiados' literalmente por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El mayor de ellos, justo en la puerta de Autobuses Jiménez, mira con lupa la salida de la flota del transporte urbano de Logroño asegurándose de que únicamente abandonan las cocheras los vehículos pertenecientes a los servicios mínimos. «El de la línea 3 ya ha salido», grita el grupo exaltado mientras quien parece llevar la voz cantante les aseguraba que todo marcha según lo previsto y que «sólo están saliendo los que tienen que salir».

Son las 5.30 horas. Los huelguistas llevan toda la noche en vela y, sorprendentemente, el amanecer hace que la temperatura haya bajado varios grados, con lo que los nervios comienzan a aflorar. Cada uno combate el sueño, el hambre o, por qué no decirlo, el aburrimiento de una noche sin apenas incidencias como buenamente puede. Fumando, dando saltitos para entrar en calor y subiéndose el cuello de la chaqueta. También pueden verse algunos pasamontañas.

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Restos de palés apilados junto a una entrada secundaria indican que, ya desde horas antes, la acción 'informativa y activa' se ha dejado sentir en las instalaciones de la empresa de transporte de viajeros. No en vano, ya hay quien decide cambiar de sitio informando, incluso a los medios, de que el movimiento se traslada «a las ambulancias».

Al mismo tiempo, en la nave de Beralán, a mitad de la calle Planillo, otro grupo bajo las siglas de UGT y CCOO bloquea las salidas de la empresa distribuidora imposibilitando, entre otros, que Diario LA RIOJA acuda con puntualidad a su cita diaria con los lectores riojanos. Escoltada por la policía, una furgoneta abandona la lonja para, al grito de «si esto fuese Bilbao, ya te la hubiesen prendido fuego», poner rumbo a no se sabe donde tras comprobar que no lleva carga alguna.

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Las noticias vienen y van a cuentagotas y desde La Portalada nos hacen desplazarnos a Mercarioja, donde a punto de dar por finalizado el bloqueo y ante la persistencia de parte del piquete, agentes antidisturbios emplean la fuerza para despejar la entrada. Miembros de la CNT, el PCE y el PCPE denuncian la «brutalidad» con la que se ha empleado la policía con quienes, «pacíficamente», optaban por impedir el paso de fruteros y pescaderos sentándose en el suelo. «Ya podréis ver las imágenes de los palos en el », nos dicen.

El incidente concluye con Mercarioja abierto y no pocos pequeños comerciantes acudiendo a buscar su género con la canción del 'esquirol' como banda sonora. «No tenéis vergüenza», increpan mientras hay quien se enzarza con el periodista retándole a escribir la verdad sobre unos hechos que, dicho sea de paso, no ha visto y únicamente cuentan desde una de las dos partes.

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Sin embargo, a esa hora, en torno a las 6.40 de la mañana, el centro de atención vuelve a desplazarse a Autobuses Jiménez. Los nervios se apoderan de parte del piquete que ve como la salida de autobuses se sucede. Ni siquiera el hecho de que lleven bien visible la cartelería con la leyenda de 'servicios mínimos' enfría tal calentura. Sospechas de que están arrancando más de los pactados, hacen que se vivan escenas de tensión entre sindicalistas y conductores. El cordón policial estrecha el cerco y contribuye a serenar a ambas partes.

Los turnos y relevos policiales se repiten, la acción de los piquetes pierde fuerza y, no pocos, a eso de las 7.30 horas, ya empiezan a pensar que el trabajo ya está hecho y que toca el turno de centrarse en el comercio y los supermercados. La Portalada es todo calma, aparente inactividad... «Donde se va a liar es en el Alcampo», nos espetan mientras cuatro de sus integrantes se convierten en la avanzadilla camino de Las Tejeras.

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