Garabaya, Dujshebaev, Amargant, Praznik, Velasco, Juárez y Parra celebran el triunfo ante el Antequera. :: JUAN MARÍN
Balonmano

El Naturhouse vuelve a ser el equipo de antaño

El Ciudad de Logroño arrolla al Antequera gracias a un gran Aginagalde y un sólido ataqueLos de Jota sonrieron. Ganaron con jerarquía y se sacudieron los fantasmas que les perseguían

PPLL

Domingo, 26 de septiembre 2010, 12:44

Publicidad

Un muy feliz reencuentro. El Naturhouse volvió a ser el equipo al que nos tenía acostumbrados. Con una gran defensa, un porterazo y con mucha rapidez en los movimientos, sobre todo en las contras, el Ciudad de Logroño volvió a sonreír y a recordar el equipo que hizo soñar al Palacio de los Deportes durante la temporada pasada. Y volvió a ser ese gran equipo en el momento indicado: después de caer contra dos de los mejores equipos y certificando su buen estado de salud ante su público, que necesitaba gritar una alegría.

El Naturhouse, para ello, desquició por completo a todo un e-gim Antequera que venía de jugarle de igual a igual nada menos que al Ciudad Real y al Reale Ademar de León, a quien incluso tuvo la oportunidad de vencer. Los hombres de Antonio Carlos Ortega no encontraron huecos en la defensa franjivina durante todo el encuentro. Bien sujetado Rafa Baena por Rubén Garabaya (nuevamente un gran partido, tanto en ataque como en defensa), Marc Amargant y Paco López (en la segunda parte se sumó a esa fiesta Rok Praznik), los malagueños no encontraron un referente en el ataque y se vieron obligados a lanzar desde lejos.

Pero allí se encontraron con Gurutz Aginagalde, que volvió también a ser el de antaño. Con muchísimos reflejos, intuición y técnica, el capitán del Naturhouse se lució y arengó a los suyos hacia una gran y necesitada victoria.

Arrieta, muy acertado

El partido no empezó demasiado bien para los pupilos de Jota. Durante esos primeros minutos hubo dudas, pérdidas de balón y desajustes defensivos. Así, los visitantes se colocaron 1-3, pero antes del minuto 10 los franjivino se pusieron serios y dieron la vuelta al luminoso. Poco a poco, los locales fueron ampliando la diferencia entre ambos conjuntos, gracias, entre otras cosas, al acierto de Unai Arrieta, de una gran primera etapa. El de Egoibar marcó seis goles, algunos de ellos a la contra, que a la postre resultarían decisivos.

Publicidad

Encima, la pareja Garabaya-Amargant se crecía en defensa y las réplicas permitían a los extremos llegar fácilmente a la portería de Jorge Martínez, que reapareció en el cuadro malagueño después de una lesión, aunque no con mucha suerte.

El Ciudad de Logroño se creció. Todo le salía bien, incluso las superioridades, un lastre que venía arrastrando desde la pretemporada y del que no podía salir. Con un hombre más, los de Jota se mostraron más fuertes y ganaron casi todos esos parciales ante un inoperativo Antequera que, aún cambiando sus sistema defensivo (del 5-1 al 6-0), se volvía loco para detener los avances locales. Así las cosas, reapareció el buen Rubén Garabaya, que sumó otros cuatro tantos en cinco intentos. De esta forma, el Naturhouse se fue a los vestuarios con el partido casi sentenciado, con un 17-8 a su favor.

Publicidad

En la segunda parte, el conjunto franjivino controló las situaciones. Sin hacer un balonmano exquisito, mantuvo las distancias con un Antequera inerte, que no llegó a achuchar en ningún momento a los de Jota. Además, el Palacio de los Deportes pudo disfrutar con un buen Rok Praznik y con un aprendiz de crack de 17 años de edad: Álex Dujshebaev, autor de siete goles, algunos de ellos después de marcarse una finta muy similar a la de su padre Talant.

El partido se fue consumiendo y el Naturhouse no perdió ni un ápice la seriedad de todo el encuentro. Finalmente, al consumirse los sesenta minutos, el Palacio de los Deportes gozó de una alegría. Y el Naturhouse se reencontró a sí mismo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad