Vuelve el balonmano

Aquí está el balonmano de nuevo. La segunda jornada de la Liga Asobal trae a Logroño el espectáculo del deporte de élite. Y lo hace con oportunidad (en pleno arranque de 'sanmateos') y con argumentos: porque el primer duelo del año en el Palacio de los Deportes es uno de los más interesantes del año. Y porque llega el Valladolid, ahora apellidado Cuatro Rayas, para jugar un partido que en los últimos años ha sido de los más bonitos de la liga.

Son los Naturhouse-Valladolid duelos extraños. Dos equipos hermanos por estilo de juego y por filiación de sus entrenadores, maestro uno y discípulo el otro. Pero dos equipos dispares por presupuesto, plantilla y objetivos. Dos equipos que suelen ofrecer en Logroño duelos durísimos, llenos de detalles tácticos, de fintas de entrenador de ésas que apenas se ven desde la grada.

Porque dos técnicos que se conocen tanto y dos equipos que juegan a lo mismo deciden siempre sus partidos por detalles. Lo cual dice mucho bueno del Naturhouse. Si a la sencilla lógica del dinero y el potencial hubiera que atenerse, Valladolid debería ganar siempre estos partidos con facilidad. Pero no es así. Al menos en Logroño, no es así.

Los tres últimos Naturhouse-Valladolid han sido tres hermosuras de partidos, resueltas siempre en los últimos segundos por jugadas de infarto. Los dos últimos, por ejemplo, por penalti en el último segundo, fuera de tiempo. En el 2009, un penalti metido dio el empate al Naturhouse. La temporada pasada, un penalti fallado por Isma Juárez (precisamente él, ex de Valladolid deseando demostrar lo que sin duda vale) permitió ganar a los de Pastor por la mínima.

Distinta dinámica

Hoy todo el Palacio espera poder asistir a uno de esos duelos apretados y emocionantes de balonmano bonito. Aunque lo cierto sea que, vistas la trayectoria y las sensaciones con la que los dos equipos llegan al encuentro, Valladolid es más favorito que nunca... o Naturhouse más víctima que nunca.

Porque los riojanos han empezado la temporada con dudas, tras una pretemporada gris y una derrota (dura, aunque lógica) en León. Necesitan los de Jota un revulsivo anímico, y Valladolid no es precisamente el mejor paño de lágrimas para el rival.

Así se entiende que Jota González, el técnico de los riojanos, afirme que en este partido «debemos fijarnos más en nosotros mismos; si mejoramos el acierto en los lanzamientos y hacemos un buen balance, ya nos preocuparemos después del rival». Y será bueno preocuparse, porque los pucelanos sí que están enchufados. Los de Pastor han empezado con buenísimas sensaciones, con un conjunto eléctrico y y mucho acierto.

«Lo principal contra Valladolid es estar concentrados durante todo el partido, porque es un equipo que en cualquier momento te puede hacer un parcial terrible», recordaba ayer Jota. Para el técnico, el Naturhouse debe intentar «estar en el partido». «Poder luchar hasta el final», dice González, «sería muy importante para la confianza del equipo y para la ilusión de la afición».

Una afición que tiene otro aliciente. Con el Cuatro Rayas Valladolid vuelve un jugador extraordinariamente querido por la grada, Ángel Romero, que partió el año pasado tras cinco años en Logroño. Romero no juega demasiado, pero a buen seguro será bien recibido.