Sasha Tioumentsev celebra uno de sus goles. Al fondo, Víctor Vigo. :: FERNANDO DÍAZ
Balonmano

Un Naturhouse exuberante arrolla a Antequera y se prepara ya para la gran cita europea del domingo

Isaías Guardiola, con una subluxación en un hombro, es seria duda para el partido contra el Lemgo

PABLO ÁLVAREZ

Miércoles, 21 de abril 2010, 18:55

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A toda velocidad va el Naturhouse. Y cuidado del que se ponga delante, porque éste es un equipo de cuidado. Nadie lo hubiera dicho, porque hasta resulta increíble decirlo: hoy el equipo de Jota González se acuesta quinto de la liga Asobal.

Ayer los franjivino jugaron contra Antequera, un rival de su liga, con una plantilla que es sensiblemente más cara que la riojana. Y no hay muchas maneras de decirlo: les pasaron por encima. Hubo lo justo de partido, unos cinco minutos. Lo que le costó al Naturhouse ponerse por delante gracias a esa defensa 5-1 (y luego 6-0) que está empezando a ser un modelo para enseñar en las escuelas de balonmano.

Antequera empezó a sufrir lo que les pasa a muchos últimamente: parálisis atacante. Es mérito de la defensa, y también de la portería. Hasta ahora venía siendo Gurutz Aginagalde el portero más eficaz de los riojanos, pero han cambiado las tornas. Gregor Lorger salió al partido de Cuenca, el sábado, y lo paró casi todo. Y el esloveno hizo ayer como si aquel partido siguiera. Contó 18 paradas de 38 lanzamientos, un 47%. Y encima se permitió marcar un gol. Brillante.

Con un portero y una defensa así, cualquier ataque lo tiene más fácil. Y el del Naturhouse, que tiene por norma anotar con cierta facilidad, no desperdicia ahora regalos. La diferencia entre uno y otro ataque eran enormes. Uno estaba atascado, y el otro volaba.

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A veces literalmente, porque la defensa antequerana perdía muchos balones. Mala noche para los verdes, en un mal año. Es difícil pedirle concentración a un equipo en la situación del antequerano, a cuyos miembros no les han pagado gran parte del sueldo del año. Un equipo así es terriblemente sensible a las malas situaciones. Ésas que exigen valor y, sobre todo, fe. Y a los malagueños no parece sobrarles a estas alturas mucho de esta última.

Si la paliza no fue mayor en la primera parte fue sobre todo porque el Naturhouse volvió a caer en un problema endémico, y un poco inexplicable: su dificultad para jugar en superioridad. Los malagueños aprovecharon una inferioridad, qué paradoja, para dejar el marcador en 15-11 al descanso.

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En la segunda mitad la cosa siguió igual. Como sólo había un partido en el campo, pasó lo que tenía que pasar. O sea, que el Naturhouse se fue yendo, yendo... hasta alcanzar a falta de 15 minutos una diferencia de 10 goles que ya no bajaría.

El partido tuvo un lunar, y gordo. A Isaías se le salió ligeramente el hombro derecho en un choque: tuvo una subluxación acromio-clavicular, y Paco López también acabó con un hombro tocado. La radiografía descarto ayer que hubiera ningún hueso afectado en el hombro de Guardiola, aunque queda por ver cómo están los ligamentos, y eso no se sabrá hasta hoy.

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