E. SÁENZ MARTÍNEZ
Jueves, 11 de marzo 2010, 11:37
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Máxima responsable de Microsoft en España desde julio del 2008, María Garaña es una entre la alta dirección internacional. Y no sólo por su condición de mujer entre un universo plagado de hombres, sino por la frescura cargada de contundencia y realismo que, como mostró ayer en Logroño, contiene su discurso.
-¿Se ve más pequeña la actual crisis desde la altura de un gigante multinacional como Microsoft?
-Se observa con la misma dimensión que lo hace el grueso del tejido empresarial por una razón: el 99% de nuestro negocio no lo hacemos directamente nosotros, sino las casi 12.000 pymes dedicadas al área de tecnología. Partiendo de ahí, el diagnóstico de situación que percibo es cierta recuperación en el sentido de que no existe una mayor caída. Para fomentar ese desarrollo, la labor de Microsoft busca mantener el ecosistema tecnológico con medidas de financiación y alianzas que otorguen a las pymes más peso y capacidad.
- ¿Qué debe guiar las decisiones empresariales en una coyuntura abonada al miedo y las dudas?
- I+D+i y formación. Es algo absolutamente irrenunciable. Ahora es buen momento para tomar ciertas decisiones y, además, hablamos de una cuestión vital porque no se trata sólo de actuar en un mercado reducido, sino que la competencia es global. Apostar por la innovación y acercarla a la gestión ya no es una opción en las pymes, sino una necesidad para su supervivencia.
-Parece un planteamiento utópico a largo plazo cuando lo que urge a muchos empresarios ahora es pagar los gastos del mes, mantener la verja abierta mañana.
-Hay que huir de la innovación como una declaración de intenciones y ligar su impacto a los costes y la productividad. Ser conscientes de que las nuevas tecnologías, como lo demuestra en La Rioja el sector vitivinícola, suponen importantes ahorros de gastos, eficiencia energética, alzas en la ventas... Entre los deberes de Microsoft y otros proveedores de innovación también está una labor pedagógica de evidenciar ese vínculo tan estrecho.
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-¿Cuál es el papel del emprendedor en un momento tan poco proclive a nuevas aventuras?
- Es básico, porque un emprendedor de hoy se convierte mañana en una pyme de las que forman la columna vertebral del mercado y la generación de empleo. Para superar las trabas hay que unir todos los puntos. Fomentar una estrategia de apoyo paralela al acceso a financiación para nuevas tecnologías, contactarles con sus potenciales áreas de negocio y, sobre todo, la colaboración entre el sector público y privado que cierre el círculo de apoyo al emprendedor.
- La estadística dice que ahora la meta de muchos universitarios no es ésa, sino ser funcionarios.
-El espíritu emprendedor se planta mucho antes del periodo universitario. Es una actitud que se incentiva ofreciendo modelos de éxito, mostrando gente que ya ha recorrido esa senda, haciendo ver que en un emprendedor está el germen de, por ejemplo, otro futuro Microsoft.
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