PABLO ÁLVAREZ blogs.larioja.com
Miércoles, 17 de febrero 2010, 09:24
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Hace dos años se consiguió un milagro: que el Valladolid cayera en Logroño. El año pasado, otra vez: un penalti en el último segundo permitió al Naturhouse robarle un punto a uno de los grandes de la liga.
Y ayer casi hubo un tercer milagro. Faltó muy poco. El Naturhouse volvió a ser equipo ante un grande de la Asobal, y a punto estuvo de volver a puntuar. Pero el hasta entonces inmaculado Isma Juárez falló el último penalti (o lo paró Sierra, que es otra manera de verlo), y el Valladolid ganó. Y el joven extremo franjivino, como el Naturhouse entero, acabó envuelto en lágrimas.
Fue injusto, dicen los del Naturhouse. Fue justo, dirán los del Valladolid. Y quién sabe, quizá los dos tengan razón. El mismo dios del balonmano que el año pasado tocó la muñeca del Naturhouse petrificó ayer la de Juárez. Quizá dos años seguidos sea demasiado.
Pero probablemente el Naturhouse mereció salir de este partido con algo más que nada. El Palacio es un parqué complicado para los grandes de la Asobal, sobre todo porque el equipo de Jota González tiene la virtud de tirarse de cabeza sobre ellos para intentar sacarles lo que casi nadie les saca.
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Ayer, además, se daba el aliciente añadido de ver otro capítulo de la pelea táctica entre Jota González y su maestro Juan Carlos Pastor. Se vieron escaramuzas tácticas y alguna que otra novedad, como ese ¡central! con peto con el que el Naturhouse jugaba las inferioridades.
Igualdad
La pelea estuvo igualada porque, sobre todo al principio, los dos equipos se aplicaron a la hora de fallar en la puerta contraria. Había mucho respeto al rival, sí, y también había dos grandes porteros, Gregor Lorger y José Manuel Sierra. Pero aún así no es normal que se cumpla el minuto 10 de un Naturhouse-Valladolid y que el marcador señale un 2-2. Poquita cosa en las redes, sí señor.
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Luego todo se animó algo más, aunque no iba a ser un partido de mucha alegría ofensiva. El Naturhouse hizo todo lo que debía en defensa, y algo más. Los de Jota González han empezado la segunda vuelta de la Asobal con un nivel defensivo muy alto, y eso lo sufrió ayer un Valladolid cuyas estrellas fallaron mucho más de lo que en ellos es normal.
Además, por una vez los riojanos jugaron bien las superioridades; y así, al final de la primera parte aprovecharon un carrusel de exclusiones para hacer un 6-2 que iba a llevar el marcador desde el 5-7 hasta el 11-9 con el que se iba al descanso.
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Sin tregua
La segunda mitad no iba a ser un festín de goles, tampoco. Los riojanos fueron controlando el partido, con uno o dos goles de diferencia, pero no tuvieron suerte para meter los balones clave. Basta ver los porcentajes de los tiradores riojanos para darse cuenta. Los primeras línea del Naturhouse acumularon hasta 20 fallos en lanzamiento a lo largo del partido. Y eso es demasiado. Aunque el portero contrario se llame Sierra.
Aún así, el Valladolid no conseguía subirse en el marcador. Lo hizo cuando el partido entraba en su último cuarto, lo cual tiene mérito para un equipo que ha jugado 3 partidos en 5 días. Una superioridad con 0-3 de parcial puso a los pucelanos por delante, pero poco. Sólo a falta de 4 minutos pudo el Valladolid irse al 21-23.
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Pero Pucela jugó fatal ese último rato, y el Naturhouse porfió para tener su oportunidad. La tuvo, y la falló. Una pena de milagro perdido y envuelto en lágrimas.
Juárez Uno puede pasar de héroe a villano en un segundo, el deporte es así de injusto.
Romero Sin fallo en el lanzamiento, lo cual ayer era noticia.
Amargant Recién salido de la cama para jugar contra Valladolid, y hacerlo bien.
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