Sonia Tercero

La Rioja se asoma a la 'nueva normalidad' empujada por el éxito de septiembre

Tres de los ocho indicadores del 'semáforo' riojano ya están fuera del nivel de riesgo, y el resto tiende a mejorar

Pablo Álvarez

Logroño

Miércoles, 13 de octubre 2021, 18:07

Lo primero, una pregunta. ¿Es la llamada «nueva normalidad» la frontera que marca el fin de la pandemia? Seguramente no, si se pregunta a los responsables sanitarios. Pero su llegada, que ya se vislumbra en el horizonte para los riojanos, sí traerá el fin por ... ahora de las pocas restricciones o medidas de control que queden. Y a nadie se le escapa el aspecto simbólico de haber conseguido llegar a esta situación en plena desescalada, empujados por el éxito de las vacunas. Un éxito demostrado en este mes de septiembre, cuando los números han seguido cayendo pese al inicio del curso y a las fiestas de San Mateo y Arnedo.

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Las medidas de cara al público decaerán cuando La Rioja sea declarada en el nivel «cero», que ni siquiera tiene ese nombre: se llama, en el semáforo riojano, «nueva normalidad».

¿Cuánto nos queda para eso? No demasiado, si se atiende a la evolución de las cifras en los últimos días. De los ocho indicadores que vigila el «plan de indicadores», tres están ya en ese nivel cero:

Positividad. El número de positivos por cada cien casos. Un número bajo apunta a que apenas hay casos asintomáticos por las calles.

Trazabilidad. De cuántos positivos se sabe el origen. Ahora está en un 97,56%, es decir, la práctica totalidad. Esto evita más contagios al facilitar medidas como las cuarentenas para evitar más brotes.

Ocupación de camas: Con 7 hospitalizados, es una ocupación mínima: el 0,97%.

¿Están muy lejos los otros indicadores? No, más bien lo contrario. Aunque como siempre ocurre, el último tramo de la mejoría siempre es más lento que los anteriores.

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Incidencia Acumulada 14 días. El índice que más se utiliza para clarificar cómo va la pandemia es el de casos por cien mil habitantes, la también llamada Incidencia Acumulada (IA) a 14 días. Ahora mismo está en 35,32, a diez puntos de la frontera de 25 que señala la «nueva normalidad». Esa incidencia estaba calculada con los 67 casos del lunes (ayer había 69, dos más) así que la frontera del 25 y su «normalidad» estará alrededor de los 47.

Incidencia Acumulada a 7 días. Es fácil saber, al menos en el corto plazo, cuándo esa IA 14 va a caer. Basta con fijarse en su «hermana pequeña», la IA 7. Que son los casos activos acumulados en la última semana. Si la IA 7 es la mitad o menos que la IA 14, eso quiere decir que en los días próximos los datos mejorarán. Y ahora mismo esa IA «pequeña» está ligeramente por encima de 14. Es decir, que los datos tienden a bajar.

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IA 14 en mayores de 65. Lo mismo pasa en otro de los parámetros vigilados, uno que tiene especial importancia porque se refiere a la población más vulnerable, los mayores de 65 años. Es la IA 14, pero específicamente calculada para esa población.

Y la buena noticia es que la penetración del virus en esa población es igual de baja que en el resto, o incluso mínimamente mejor: 35,18 casos por cada cien mil habitantes.

IA 7 en mayores de 65. También aquí la IA de la última semana señala un camino a mejor, aunque menos decidido que en la población total. La incidencia en la última semana está en 16 casos, por debajo de ese 50% que señala una tendencia positiva... pero no demasiado por debajo. Habrá que vigilar en los próximos días.

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Ocupación de la UCI. El último de los indicadores que queda aún en «riesgo mínimo» ha sido el más preocupante durante la mayor parte de este año y medio de pandemia: la situación en la Unidad de Medicina Intensiva, más popularmente conocida con su anterior nombre de UCI. Esa unidad que llegó a tener, en las infaustas semanas posnavideñas, hasta 64 personas ingresadas en ella. Ahora son 4. La ocupación de la UCI se calcula sobre una teórica capacidad máxima de 43 camas de intensivos, así que ese 4 es el 9,3%. Aquí el umbral de la normalidad es el 5%. O sea, un solo ingresado en la unidad de críticos.

En todo caso, conviene recordar que la decisión de decretar el estado de «nueva normalidad» es discrecional para el Gobierno de La Rioja. Se demostró en agosto, cuando muchos de los indicadores apuntaban a riesgo máximo (Nivel 4), y aun así la comunidad nunca se movió del Nivel 2.

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Así las cosas, aunque los indicadores que La Rioja se ha dado a sí misma indicaran «nueva normalidad», se podría dar que el Consejo de Gobierno no lo decretara. O que lo hiciera con solo algunos indicadores en ese umbral.

La mascarilla, un asunto de decisión «nacional»

La semana pasada el País Vasco celebró como una gran novedad la bajada de sus niveles a algo cercano a la normalidad. La diferencia es que los vascos tenían en vigor un buen número de restricciones, la mayoría de las cuales no estaban ya en vigor en La Rioja.

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Y es que aquí el paso a la «nueva normalidad» no se dejará notar demasiado en el día a día, más allá de su carácter simbólico. De hecho, ahora mismo prácticamente la única señal que queda de la presencia de la pandemia en La Rioja es el uso obligatorio de mascarillas en interiores. Pero eso quedará intacto incluso en el nivel «nueva normalidad», porque se trata de una normativa nacional. Deberá ser el Gobierno de Sánchez el que retire esa medida, y algunas declaraciones ya apuntan a que eso no será posible hasta al menos la primavera.

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