El primer paseo sobre el parque del soterramiento lleva hasta la parte más alta, hasta la barandilla que culmina lo que será una cafetería que comunica con la futura estación de autobuses. Desde allí, unos cuantos vecinos han comprobado ya las vistas que ofrece este nuevo enclave. El siguiente recorrido lleva hasta la parte superior del óculo entre las dos estaciones. Tiene varios sitios curiosos el nuevo parque, el llamado Felipe VI, abierto desde este martes.
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Y, a la vez que se le ven las virtudes, que le dan para algún vecino consultado «una nota de 8 sobre 10», el nuevo espacio verde también muestra lo que aún queda, desde el nudo de Vara de Rey, que apuntaba alguna paseante desde la cima, a la subestación, que recordaba otro aún a medio camino hasta lo más alto.
Desnuda también el recién estrenado espacio verde, todo tan nuevecito, el estado de conservación de su gemelo sobre la estación del tren, con numerosos vestigios del paso de los vándalos. Está pendiente una reparación que se está consultando con Adif, decía el concejal del área Jaime Caballero, que también menciona la próximas cámaras de vigilancia que se pretende instalar para proporcionar más seguridad.
Los chorros del lago artificial han puesto fin al sencillo acto de apertura del parque. Y ha sido una vez que tanto la delegada del Gobierno, María Marrodán; el consejero de Hacienda, Celso González, y el alcalde, Pablo Hermoso de Mendoza, hayan insistido en los frutos de la colaboración entre instituciones que representa este nuevo espacio público, con la ambientación municipal a cargo de la Escuela Municipal de Música.
El parque nuevo se sitúa sobre la cúpula de la estación de autobuses y baja hasta la prolongación de la calle Belchite con Hermanos Hircio, lugar por el que se puede acceder ahora. Son en total, 27.322 metros cuadrados distribuidos en el parque sobre la cúpula (3.075), sobre la estación (8.912) y oeste (15.335). Se han plantado 10.500 arbustos leñosos, 57.000 stipas, una gramínea herbácea, así como 7.452 metros cuadrados de camino de arena estabilizada con cal.
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El espacio público se encuentra en proceso de certificación con el estándar internacional BREEAM Urbanismo, un sello de calidad medioambiental que solo ha sido concedido a 52 proyectos urbanísticos en todo el mundo y que evalúa, además del resultado, la ejecución y todo el ciclo de vida de los materiales empleados.
Las tareas que se han realizado desde octubre son, entre otras, las acometidas de agua potable, la acometida de un armario eléctrico para el bombeo, un sistema de telecontrol y una bomba de reserva, además de contadores de agua.
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