«Sacrifico muchas cosas, igual en otra vida no lo haría», dice Jennifer Martín Sánchez, criadora de perros de las razas dálmata y spitz alemán (Kleinspitz), nacida en Vizcaya pero vecina de Cañas desde hace casi 21 años, que acaba de recibir una de sus ... mayores satisfacciones como criadora. Su ejemplar de la segunda de las razas citadas, Albaicí Galán Magik of Persia, ha sido reconocido –por conservar mejor los cánones de belleza de su raza– como el Junior European Winner (Campeón Joven de Europa), en la Exposición canina celebrada en Budapest (Hungría) el 30 de diciembre.
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El can de su propiedad nació el 27 de agosto de 2020, ya ha obtenido otros títulos como campeón joven de España, Portugal, Ibérico, País Vasco... y como se suele decir 'de casta le viene al galgo', aunque en este caso sea un spitz alemán, porque según cuenta su propietaria, sus padres, que también son suyos, «son multicampeones. Su madre ha sido criada por mí y su padre es importado de Rusia».
La criadora, que también tiene en Cañas una cuadra de caballos de pura raza árabe, dice que ella ha estado «toda la vida entre animales», ya que «a mi madre siempre le han gustado y yo lo he vivido desde pequeña. Es una forma de vida para mí, y se lo agradezco a ella por haberme inculcado ese amor por los animales».
Cuando llegó a la localidad riojalteña, con apenas 9 años, su madre puso en marcha el hostal restaurante 'La casona de Cañas', y «cuando ya tenía una edad adecuada, empecé con la cría de los perros y los caballos». No obstante su trabajo está en el establecimiento hostelero de la familia. «A la cría de perros y caballos no podemos llamarlo trabajo, es un hobby y una forma de vida», dice.
Siendo aún una niña, «criábamos otras razas, pero llega un momento en que decides criar las que más te gustan y que más se adaptan a tu modo de vida, porque cada raza tiene una función y requiere también unos cuidados especiales. Tienes que buscar la que más vaya con tu forma de vida, tus aficiones...».
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Para Jennifer Martín, la obtención de distinciones por parte de sus 'pupilos' caninos, como en este caso, que es el primer ejemplar de esta raza criado en La Rioja y en España que logra un título tan notable, «es, sobre todo, una cuestión de prestigio a nivel personal. Que un juez profesional vea tus perros y los valore, es más que nada una cuestión de orgullo y satisfacción personal».
Porque de esto no se vive. «No hay premios en metálico ni vendemos nuestros perros. Lo que hacemos es cederlos a otras personas de mucha confianza en copropiedad; de esa forma seguimos pudiendo llevarlos a exposiciones o concursos si así lo deseamos, y estoy en contacto con esas personas a diario para seguir su evolución». Además, «si por alguna circunstancia esas personas no los pueden tener, vuelven a nosotros».
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