Treinta horas de angustia con final feliz

Susto con final feliz tras la desaparición y posterior aparición, unas treinta horas después, aproximadamente, de una joven de Santo Domingo de la Calzada, Soraya Jorge, de 31 años, que reside en Logroño, donde se enmarcaron los hechos.

En la medianoche del domingo se encendían las alarmas a raíz de que los familiares de la joven calceatense publicaran en las redes sociales que esta se encontraba en paradero desconocido desde las cuatro de la madrugada de ese mismo día, cuando acompañó a una amiga hasta su domicilio en Logroño. El hecho de que el teléfono móvil de la chica estuviera apagado, y el tiempo transcurrido sin tener noticia alguna de ella, amplificó al máximo la preocupación porque pudiera haberla ocurrido algo.

Con la velocidad, ya no de la pólvora, sino de las redes sociales, la noticia se fue propagando por dentro y fuera de La Rioja a través de Facebook, Instagram, Twitter etc, entre deseos de que la joven estuviera bien y reapareciera lo antes posible.

Mientras, en la casa del padre, las agujas del reloj avanzaban como cuchillas, aumentando a cada minuto la normal zozobra ante la desconocida suerte que pudiera haber corrido la joven. «Estamos desesperados», indicaba su padre, Carmelo, que descartó que su hija se hubiera podido ir por su propia voluntad. No le encajaba para nada. «No creo que haya hecho eso, Estaba muy unida a mí y me hubiera dicho algo. Además, estaba muy contenta porque »acababa de sacar una plaza de funcionaria del Gobierno de La Rioja«, indicó de la joven, que todavía no ha tomado posesión del puesto y desde hace meses trabaja en labores de limpieza para una empresa. »A las doce se tenía que incorporar«, señaló.

La joven reapareció en torno a las 9.40 horas. «Está bien y no le ha pasado nada», señalaban desde el entorno familiar del padre. Lo hizo, casualmente, en el justo momento en que un medio de comunicación radiofónico (Onda Cero) entrevistaba a la madre, que se encontraba en la casa de su hija en Logroño. En un momento de la conversación, la mujer dice que acaba de aparecer, de entrar por la puerta, y se le escucha hablar con ella. «¿Dónde estabas?, ¿qué te ha pasado cariño?», dice entre sollozos. «Te ha estado buscando todo el mundo». Queda descartado que la joven desapareciera por motivos contrarios a su propia voluntad.

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