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Las empresas riojanas cumplirán el decreto de ahorro energético, pese a que «su inseguridad, improvisación y corto plazo de adaptación» les «pone contra las cuerdas». Así lo acaba de asegurar el director general de la Cámara de Comercio, Florencio Nicolás, quien ha subrayado que los ... empresarios riojanos no discuten el fondo de la norma, pero sí las formas en las que se va a empezar a aplicar esta medianoche, porque «no ha sido consensuado», genera «mucha incertidumbre» y prevé «sanciones millonarias» que «podrían abocar al cierre a algún tipo de negocio».
Según Nicolás, el decreto «genera mucha confusión, no ha sido consensuado y está con muchas incógnitas». La norma «va a salir a la luz sin tener el consenso deseable por parte de todos» y, además, «quedan flecos por atar». No obstante, «podemos anticipar que las empresas comparten el fondo, el ahorro energético, y estaban ya hace tiempo intentando poner medidas que contribuyeran a ello y a frenar la subida la demanda de energía». Y, así, «el interés de las empresas es cumplir con la norma, pero la improvisación que le achacamos nos hace muchas veces poner contra las cuerdas» a las empresas «porque es una norma que ha producido cierta inseguridad».
El director general de la Cámara de Comercio ha añadido que «se está hablando en este momento de excepciones y también de que puede haber alguna colisión con otras normas, como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales». En concreto, porque esta última normativa establece un rango de 25 grados en los centros de trabajo, cuando el decreto de ahorro energético lo eleva hasta los 27 grados para trabajos ligeros.
Asimismo, «ha habido poca información con la que contamos para poder trasladársela a las empresas» y los empresarios «estamos preocupados por los plazos de adaptación», que deberían haber sido «razonables». En concreto ha dicho que «estamos ahora contemplando que habrá que hacer inversiones y ponerlas en práctica, y eso, desde el punto de vista técnico y teniendo en cuenta los periodos vacacionales» deja «un margen de adaptación corto».
En definitiva, ha añadido, existe «preocupación por una norma que está generando falta de consenso, de concreción y de seguridad» y que provoca muchas incertidumbres: «Los escaparates no se pueden encender, pero los rótulos y¿ los neones que están al lado?, ¿esos?: ¿sí o no?» Además es una norma que «va a descansar su aplicación en cada una de las diecisiete comunidades autónomas y puede haber unos criterios no homogéneos a la hora de aplicarla».
En cuanto a las posibles sanciones que su incumplimiento podría acarrear, Nicolás ha enfatizado que «no están adecuadas a lo que se puede perseguir con la norma, con unas multas millonarias que en algún caso podrían abocar algún tipo de negocio».
El director general de la Cámara de Comercio ha concluido incidiendo en que «se comparte el fondo» y «el interés de los empresarios es cumplir la norma», pero «no las formas, porque no se ha tenido información y se han generando incertidumbres, sobre todo, por los plazos de adaptación». En este sentido ha criticado que «ha habido poca información y muy poca posibilidad de diálogo y de consenso», cuando «una parte de la acción de la norma recae en las empresas». Y «siendo nuestro interés cumplir la norma» hubiera sido necesario que todas las incertidumbres del decreto se hubieran «intentado mitigar o evitar».
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