Del Basque Culinary Center a La Rioja para aprender

«Venimos a aprender y a ver que nos van a contar», explicaba Berta Mora, una de las alumnas que confiaba en que también les hablaran de vino, «ya que estamos en una bodega institucional». Porque ha sido en la bodega de La Grajera en la que han recibido parte de su formación aquí. Una formación que, además, les ha llegado de la mano de estrellas Michelin, los cocineros de Íkaro y Ajo Negro, de Logroño.

Carolina Sánchez, cocinera del primero de ellos, les ha dado algunos consejos y, además, ha querido ser realista. «Les podemos contar la realidad de una profesión que es muy bonita, pero también es dura», ha afirmado, antes de que su otra 'mitad' en los fogones del Íkaro, Iñaki Murúa le hablara de la «parte gratificante», esa cuando «das de comer a alguien y ves que disfruta», que es «lo más bonito».

Los alumnos llegados desde el centro guipuzcoano, integrado en la Universidad de Mondragón, aspiran a convertirse en grandes cocineros. Y por ello deben pelear. «Si tienen un sueño, que lo persigan, que no se rindan, que trabajen para ello», les ha sugerido Gonzalo Baquedano, que ha traído a La Rioja la última estrella Michelin desde su cocina del restaurante logroñés Ajo Negro.