Qué ver en La Rioja

Situada a orillas del Ebro, no hay que dejar de visitar la catedral de La Redonda y las iglesias de Santiago, San Bartolomé y Palacio, con su original aguja y pasar el día paseando por la calle Portales, el Espolón, las callejuelas del Casco Antiguo, su plaza de la Oca, la plaza del Mercado, el Parlamento y la Puerta del Revellín, el único vestigio de su muralla.

Y no podemos olvidar uno de los mejores planes para el visitante, que consiste en acercarse a la famosas calles Laurel y San Juan y disfrutar de sus típicos pinchos: orejas, champis, matrimonios, valentinos, cojonudos, Tío Agus... un deleite para los sentidos. SI no sabes qué pinchos de la calle Laurel elegir, aquí tienes una guía.

Es una de las zonas más atractivas de la región y de las más conocidas. Se trata viñedos con bodegas y pueblos con mucho encanto, donde podemos descubrir, además de Haro y su barrio de bodegas centenarias, preciosas localidades como Briñas, Briones, San Vicente de la Sonsierra y Ábalos.

Tampoco te puedes perder la cuna del castellano, los monasterios de Yuso y Suso, en San Millán de la Cogolla, que son Patrimonio de la Humanidad. Y aquí va una lista de otros muchos monasterios que ver en la zona: Valvanera, el de Cañas; Santa María La Real en Nájera. Por otro lado están los bellos pueblos de Anguiano y las 7 villas, en la zona del Najerilla. Santo Domingo, a orillas del Oja, con su catedral de torre exenta y paso obligado de peregrinos hacia Santiago, también es visita obligada, junto a la cercana Ezcaray y sus pintorescas aldeas de montaña.

La localidad más conocida de La Rioja Baja es Calahorra. Se trata de una ciudad romana bimilenaria donde se puede admirar su Museo de la Romanización. También merece la pena la catedral. En Arnedo, ciudad del calzado, es posible ver su castillo y sus cuevas, además de aprovechar para hacer compras. Por su parte, en Alfaro, no hay que dejar de ver la imponente colegiata de San Miguel, admirar su casi perpetua colonia de cigüeñas (la más grande de Europa sobre un edificio) y dar un buen paseo por los Sotos del Ebro, donde se puede admirar una variada cantidad de aves y el precioso paisaje que rodea el Ebro.

Más en el interior, Cervera es famosa sus alpargatas y, muy cerca, se encuentra el yacimiento de Contrebia Leucade, uno de los asentamientos de población más antiguos de La Rioja, situado en la margen derecha del río Alhama, cerca de Inestrillas y Aguilar del Río Alhama y su centro de interpretación.

Otro de los atractivos de La Rioja son los yacimientos paleontológicos que atesoran un patrimonio de casi 10.000 icnitas, es decir, huellas fosilizadas de dinosaurio en la zona de Enciso e Igea. Una visita al parque de paleoaventura del Barranco Perdido hará las delicias de los más pequeños. Además, muy cerca, en Arnedillo, se ubican unas pozas de agua termal situadas en un maravilloso entorno.

En la Sierra riojana, es muy aconsejable conocer la bella localidad de Torrecilla en Cameros, puerta de entrada a los Cameros, cuna de Práxedes Mateo Sagasta y que cuenta con un museo en su honor. Río Iregua arriba, se encuentran los bellos pueblos de Soto de Cameros, Ortigosa, Nieva, El Rasillo y San Román, entre otros.

Sierra Cebollera es uno de los paisajes más bonitos de La Rioja. Situado en la frontera con Soria, es un espacio natural de más de 23.000 hectáreas, lleno de pueblos con encanto, cumbres y rincones naturales de ensueño. Entre todo ello hay lugares que no te puedes perder: las cascadas de Puente Ra (verlas heladas es una maravilla), un conjunto de bellísimos saltos de agua. También debes visitar Villoslada, Lumbreras o Venta de Piqueras. Prepara las botas y a pasear.

No hace falta que decirlo, pero si vas a La Rioja debes guardar (mucho) tiempo para visitar bodegas. No importa que no te guste el vino, los edificios y los paisajes siempre merecerán la pena, además del hecho de poder aprender cómo se hace el vino. No es fácil elegir entre todas las que hay.

Por ejemplo, una visita al Museo de la Cultura del vino Dinastía Vivanco en la preciosa localidad medieval de Briones, al Museo del Vino de Aldeanueva de Ebro, rutas y excursiones por zonas de viñedos...

Además de la calle Laurel, de la San Juan y de la infinidad de bares y resturantes donde (seguro) vas a comer bien, La Rioja cuenta con siete Estrellas Michelin. Tres de ellas están en Logroño, y las otras repartidas entre Ezcaray, Haro y Daroca de Rioja. Apunta qué restaurantes tienen Estrella Michelin en La Rioja: Echaurren, Ikaro, Kiro Shushi, Nublo, Venta Moncalvillo y Ajo Negro

Si te has quedado con ganas, tienes las Riberas del Ebro de Navarra, , Moncalvillo, las sierras de Rioja Baja, el Najerilla, los Obarenes y el románico... Ahí fuera hay otra Rioja que sale menos en la guías pero que es igual de maravillosa.