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Uno de los mayores atractivos que ofrece el humedal de La Degollada, en Calahorra, son sus posibilidades para disfrutar de la observación de las aves. Mañana sábado, el biólogo Ricardo Zaldívar López descubrirá todo el potencial de esta zona y de la laguna del Recuenco en una actividad guiada novedosa dentro del programa de Medio Ambiente 'Naturaleza y Cultura'.
La zona húmeda de La Degollada, que fue impulsada como medida compensatoria al recrecimiento del embalse de El Perdiguero, está constituida por cinco lagunas en serie. Su singularidad radica en que se trata de una planicie esteparia surcada por barrancos y cárcavas donde se ha formado un variado ecosistema acuático.
Al poco tiempo de nacer, fue sorprendentemente colonizada por las aves. Y ahora no sólo se ha convertido en un lugar de cría de numerosas especies, sino también en una parada habitual de descanso para otras muchas aves durante la época migratoria.
Los principales valores ambientales de este área están relacionados con la existencia de ese conjunto de zonas húmedas que constituyen una gran importancia a nivel regional para la conservación de las aves acuáticas, al incluir la principal colonia de garzas nidificantes en La Rioja. Además, alberga una de las más extensas y mejor conservadas zonas en nuestra comunidad autónoma de las áreas esteparias salinas del centro del valle del Ebro.
Para disfrutar de este paraje se puede utilizar un sencillo sendero de unos 3,5 kilómetros de longitud (ida y vuelta) que recorre, en poco más de una hora, gran parte del perímetro de la laguna principal.
El camino dispone de un ramal de unos 500 metros que atraviesa una zona de pinar hasta llegar a un cerro desde el que se obtiene una amplia panorámica del espacio natural. Otra de las opciones que ofrece este camino, a través de un desvío de la senda principal, es la de visitar las ruinas de una presa romana, construida siglos atrás para su uso en la agricultura.
Por otra parte, el sendero cuenta a lo largo de todo su recorrido con diversos paneles informativos en los que se divulgan aspectos destacables del paraje como la zona esteparia y la Yasa de las Conchas, las aves acuáticas que habitan en las balsas o la mancha de pino carrasco del Monte Los Agudos.
La zona de La Degollada es conocida por sus valores paisajísticos y medioambientales. Pero este enclave natural, paraíso de las aves migratorias, guarda también un importante tesoro del pasado romano de Calahorra. Se trata de los restos de una presa, que parece datar del siglo I. La infraestructura se construyó para surtir del agua del Cidacos a los asentamientos que poblaban la zona, que ahora separan los municipios de Calahorra y Rincón de Soto. Los restos de esta construcción que quedan a la vista (tramos de la pantalla, canal de desagüe y otras estructuras) corresponden a una presa ubicada en la garganta de La Degollada, entre la Torrecilla Alta y los Agudos.
El humedal, declarado Área Natural Singular, dispone igualmente de un espacio recreativo donde descansar después de recorrer sus balsas. Los pinares de pino carrasco ocupan la totalidad del centro natural en las laderas circundantes y la flora de acompañamiento da cobijo a gran variedad de plantas y matorrales, reptiles, anfibios, aves y mamíferos.
Por sus valores naturales se ha convertido en un importante lugar de descanso para las aves acuáticas migratorias que se encuentran de paso. Entre estas especies figuran las grullas, garzas, ánsares y somormujos.
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