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Diego Marín A.
Logroño
Martes, 26 de mayo 2020, 14:17
Allí por donde antes transcurría un ferrocarril ahora existe una Vía Verde. Precisamente la Fundación de los Ferrocarriles Españoles empezó a promover hace 25 años la reconversión de aquellos recorridos ya en desuso en senderos para poder ser transitados a pie, en bicicleta o a caballo. En España existen ya más de 2.600 kilómetros distribuidos en 123 Vías Verdes.
En La Rioja existen cuatro Vías Verdes que suman 70 kilómetros de recorrido: la más larga, la del Cidacos, seguida de la del Oja, la de Préjano y la del Cortijo. La Vía Verde del Cidacos transcurre desde Calahorra a Arnedillo, pasando por Quel, Arnedo y Herce, en paralelo a las carreteras LR-282 y LR-123, durante más de 30 kilómetros y 310 metros de desnivel. Cuenta con dos túneles y dos puentes, necesarios para el paso del ya desaparecido tren de vía estrecha, que sirvió para transportar la producción industrial del valle del Cidacos a principios del siglo XX. La Vía Verde del Cidacos conecta a la altura de Santa Eulalia con la más corta de Préjano, un ramal de apenas 5 kilómetros que sirvió para poder sacar el mineral tan propio de esa zona en aquella época.
La Sociedad de Ferrocarriles Eléctricos obtuvo la concesión para explotar la línea de tren en 1920, pero se abandonó en 1935. El Estado reabrió la infraestructura en 1942, pero volvió a cerrar en 1966. Tuvieron que pasar 32 años para que el trayecto volviera a cobrar vida, aunque de otra manera. En 1998 se inauguró la Vía Verde del Cidacos y, un año después, la de Préjano, un recorrido de apenas 5 kilómetros que parte del paraje de Ariñano y llega hasta el yacimiento de Valdemurillo, una antigua mina de carbón. El mineral no fue tan valioso como se esperaba, ni tan cuantioso, y eso contribuyó al abandono del yacimiento y de la línea férrea que lo transportaba.
La otra gran Vía Verde riojana es la del Oja, que transcurre desde Casalarreina hasta Ezcaray, pasando por Castañares de Rioja, Bañares, Santo Domingo de la Calzada, Santurdejo y Ojacastro a lo largo de sus 28 kilómetros de recorrido y 345 metros de desnivel. El trazado conduce desde la confluencia de Sierra Cantabria y los montes Obarenes hasta la Sierra de la Demanda.
Por ese trazado transcurrió el denominado tren 'Bobadilla', también de vía estrecha. Hay constancia de proyectos de líneas férreas entre Haro y Pradoluengo (Burgos) en el siglo XIX, pero el único que se construyó en la zona fue el inaugurado en 1916 entre Haro y Ezcaray y que se clausuró en 1964. El transporte fue mixto, tanto de mercancías como de personas, porque las aldeas ezcarayenses también contaron en su día con minas, además de la importante industria textil con la que contaba entonces el municipio.
En 1956 se estima que el 'Bobadilla' llegó a transportar 34.000 toneladas de mercancías y 210.000 viajeros. Entonces, cuando las carreteras no estaban tan acondicionadas, el tren era, si no el único, el mejor medio de transporte. Conforme fueron mejorando las carreteras y popularizándose los automóviles, así como escaseando la producción y la población en los pueblos, este tipo de ferrocarriles pequeños también empezaron a caer en desuso. A pesar de su clausura, la línea dejó algunos recuerdos que perviven aún hoy, como los edificios que albergaban las estaciones de Ojacastro y Ezcaray, hoy reconvertida en restaurante y parque. En Haro también se conserva la estación de tren del 'Bobadilla', semiderruida, junto a la actual, en pleno barrio de las bodegas, tras Bilbaínas, aunque también existe la construcción del peaje bajo el cerro Santo Domingo, justo antes del puente roto del Tirón.
Las vías verdes se caracterizan por ser recorridos accesibles, idóneos para el paseo ya sea a pie, en bicicleta o a caballo. Salvo excepciones, además, tienen prohibida la circulación los vehículos a motor. El terreno a menudo es tierra compacta, firme, y el espacio, ancho. El próximo domingo, día 13 de mayo, se celebra el XX Día Nacional de las Vías Verdes, con actividades en toda España. En La Rioja, por ejemplo, mañana se celebra la XVII Marcha Vía Verde del Cidacos de Arnedillo a Calahorra, organizada por el Gobierno de La Rioja. La salida se producirá a las 9.15 horas desde el aparcamiento de las piscinas municipales de Arnedillo, se parará a comer a medio camino, en el parque de Los Picuezos de Autol, y se espera la llegada a Calahorra sobre las 17.15 horas. Hay autobuses organizados para asistir desde Calahorra, Autol, Quel, Arnedo, Herce, Préjano y Santa Eulalia, que saldrán desde las 8 horas. Habitualmente la cita reúne a unas 800 personas, atraídas por participar en una jornada de convivencia, haciendo ejercicio. Además, el recorrido de la Vía Verde del Cidacos transcurre en buena parte por la Reserva de la Biosfera, con miradores donde se pueden observar a los buitres, lagares rupestres, columbarios y diversas ermitas, las de la Virgen de la Torre, San Zoilo, San Andrés y San Blas, San Miguel, Virgen de Peñalba, San Tirso y Santiago, San Servando y San Germán... El objetivo de las actividades del XX Día Nacional de las Vías Verdes es dar a conocer sus recorridos y fomentar su uso y conservación dentro de la educación ambiental.
Se da la curiosidad de que Haro, durante años, contó con dos estaciones de tren y dos líneas férreas, la de vía estrecha que conducía hasta Ezcaray y la que circulaba desde Tudela a Bilbao y dio origen al célebre barrio de las bodegas. Realmente la Vía Verde del Oja está considerada como tan sólo desde Casalarreina, desde allí hasta Haro la conexión, de 12 kilómetros, es un sendero llamado Ruta Verde del Oja-Tirón, acondicionado por la Consejería de Agricultura Ganadería y Medio Ambiente, y que transcurre por Cihuri y Anguciana.
La Vía Verde del Oja comenzó a construirse en el 2001 y «no fue posible transformar la totalidad del antiguo trazado ferroviario en Vía Verde ya que el tramo que enlazaba Casalarreina y Haro se encuentra ahora ocupado por campos de cultivo y atravesado por carreteras e infraestructuras imposibles de modificar», informa el Gobierno de La Rioja. A cambio, a los 26 kilómetros de Vía Verde pura entre Ezcaray y Casalarreina, se suman 12 más hasta Haro, dando un pequeño rodeo hasta sumar 32, pasando por Fuente Pobes, el Priorato y la presa de Arrauri, hasta desembocar en el paseo de Vista Alegre.
La cuarta vía verde de La Rioja, la del barrio logroñés del Cortijo, es la más corta. En este caso el recorrido, de 3 kilómetros, recientemente reacondicionado por el Ayuntamiento de Logroño, transcurre por el antiguo trazado del tren, que en este caso no era de vía estrecha sino la línea principal. El trazado imita el meandro del Ebro a su paso por El Cortijo y pasa por la antigua trinchera del ferrocarril. Fue en el 2010 cuando se inauguró esta Vía Verde, fruto de un acuerdo entre Adif y el Consistorio logroñés, y que recorre los viñedos de presa a presa, las dos formadas al inicio y al final del meandro que llega hasta Assa.
No obstante, a pesar del breve recorrido, es posible conectar con otros caminos que conducen a Fuenmayor y Logroño, no es una 'vía muerta'. Además, cuenta con varios miradores, zonas de descanso y aparcamientos de vehículos y bicicletas. Y es posible ver aún resto de las antiguas vías ferroviarias a los lados de la Vía Verde, y también ver pasar el tren por su nuevo recorrido, al salir del túnel por el que libra el barrio del Cortijo.
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