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FÉLIX DOMÍNGUEZ
Martes, 26 de mayo 2020, 12:16
Con menos renombre que los otros tres grandes monasterios riojanos, el de San Millán de la Cogolla por ser cuna del castellano; el de Santa María la Real, cuna y sepulcro de reyes; y el de Valvanera por acoger a la patrona riojana, ... el monasterio de Santa María de San Salvador de Cañas, también conocido como abadía de Cañas, no deja de ser una de las grandes maravillas del patrimonio histórico artístico de La Rioja.
A diferencia de los citados, al estar situado en medio de una gran llanura, el monasterio permite una contemplación en perspectiva que tal vez no tengan los otros. Entre viñedos -en otoño se convierte en una amalgama de colores- y con la sierra de la Demanda y el pico de San Lorenzo como telón de fondo, su observación desde el exterior ya sirve para justificar un viaje a esta pequeña localidad y sus alrededores.
Adentrarse en él supone ya el disponerse a disfrutar de un sinfín de detalles que bien vale la pena aprovechar. Pero, en estas fechas y por mor de la programación de actividades de la Fundación San Millán, la visita a la abadía que habita y regenta la comunidad de monjas cistercienses o madres bernardas, desde su fundación en el siglo XIII, adquiere una nueva dimensión.
Cabe señalar, que Don Lope Díaz de Haro, Señor de Vizcaya y su esposa fueron los que donaron en el año 1170 las villas de Cañas y Canillas a las monjas cistercienses del monasterio de Hayuela (Santo Domingo de la Calzada) para que fundaran una abadía. La construcción del mismo tuvo tres etapas claramente diferenciadas. La románica, de la que apenas quedan vestigios; la gótica, que correspondería a parte de la iglesia y sala capitular, fechadas en la segunda mitad del siglo XIII; y la posterior al siglo XVI en la que se continúa la construcción de la nave central, quedando las dos laterales inconclusas.
De planta cuadrada con dos alturas, la baja cuenta con una galería cerrada por arcos de medio punto enrejados. La alta tiene sus arcos cegados pero con un cristal en el centro de cada uno de ellos. En el centro del patio, se encuentra una cruz rodeada de un jardín, al que se accede por pasillos desde las cuatro galerías.
Esta posee una portada de singularidad belleza, con sus tres arcos apuntados que están decorados con motivos vegetales. En su interior destaca el sepulcro de estilo gótico de comienzos del siglo XIV de doña Urraca López de Haro, hija de los fundadores que vistió los hábitos desde muy joven, llegando a ser la cuarta abadesa de la comunidad de madres bernardas.
La abadía de Cañas cuenta entre sus muchos atractivos, una sala de reliquias que dispone de cuatro grupos de colecciones que van desde el año de la fundación del monasterio hasta el siglo XX, Entre las numerosas piezas sobresale una caja hispano musulmana de los siglos XI yXII de procedencia cordobesa.
Además, están las herraduras del caballo de Santiago Apóstol, que recogería Diego López II de Haro en la batalla de las Navas deTolosa y entregaría a su hermana la beata Doña Urraca. También hay varias calaveras de alguna de las once mil vírgenes, un trozo de la cruz de Cristo o Lignum Crucis, las reliquias de los mártires de Cardeña de 1609 y la de Santa Engracia de Zaragoza fechada en 1694. Los visitantes también deben saber, que la comunidad de monjas cistercienses que habitan la Abadía, se dedican al trabajo manual y a la oración (ora et labora), y decoran porcelana, elaboran dulces, confeccionan rosarios y disponen de una pequeña hospedería.
Los primeros artículos, junto a otros recuerdos, se pueden adquirir en el propio monasterio.
La visita concluye conociendo el ábside, responsable de la gran luminosidad de la iglesia gracias a sus grandes ventanales de alabastro, que conmueven al visitante tanto desde el interior como observándolos desde fuera.
En la iglesias también se puede admirar el gran retablo renacentista obra de Andrés de Melgar y Guillén de Holanda, que fue mandado construir por la abadesa doña Leonor de Osorio hacia 1523 a modo de tríptico y cuya temática está basada esencialmente en María, desde su nacimiento hasta su muerte.
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