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Iñigo Muñoyerro
Martes, 26 de mayo 2020, 12:17
El Monasterio de Valvanera se recuesta en una ladera soleada del Monte Mori (monte de oro) en un valle angosto y remoto de los Montes de la Demanda riojana, un territorio salvaje que en el siglo XI era frontera entre Castilla y Navarra. 'A summa cuculla ad rivo de Vallevenera', explicaba el rey castellano Alfonso VI. Hoy pertenece a Anguiano, en la comarca de Nájera.
Una buena carretera nos ha permitido subir hasta este cenobio benedictino. Estamos a 1.000 m de altitud en un paraje tranquilo, donde se respira aire puro y el silencio sólo es perturbado por las esquilas del ganado y el graznido de cuervos y grajos.
El bosque y la montaña envuelven, oprimen al viajero. La ladera áspera, oscura y cerrada de hayas del Monte Umbría al Sur y en frente, brillante de nieve, la línea de los Pancrudos, el gigante de la zona.
Cómo llegar: LR-113 Nájera, Anguiano, cruce Valvanera. LR-435 al Monasterio
Dónde comer: Hospedería del Monasterio. Tel. 941377044
Dónde dormir: Hospedería del Monasterio Tel. 941377044
Compras: Tienda del Monasterio. Licor de Valvanera y Miel
Datos técnicos: Sendero de Valvanera. Distancia: 4,60 km. Tiempo: 1h40'. Desnivel: 175 m. Dificultad: Fácil. Subida collado de La Nevera. Distancia: 9,00 km. Tiempo: 3h00'. Desnivel: 550 m. Dificultad: Media. www.monasteriodevalvanera.es www.ayuntamientodeanguiano.org
La historia del Monasterio es antigua. Hace mil años había una capilla visigótica; siguió una iglesia prerrománica (1073). Sobre ella los benedictinos edificaron otra románica (1183). Y sobre el conjunto la actual iglesia gótica del siglo XV.
Es un templo sobrio encajonado en el Monasterio que custodia la imagen de la Patrona de La Rioja, la Virgen de Valvanera. No es la original que encontró Nuño Oñez en el siglo IX. Ésta es una bella talla de estilo bizantino-visigótico de autor y fecha desconocidos que los expertos situan en el siglo XIII.
Dicen que el topónimo Valvanera proviene del latín 'Vallis Venaria', que significa 'Valle de las venas de agua' y es verdad. El valle está regado por el río Valvanera, además de arroyos que caen en cascadas y fuentes. Pero también podría venir de cazadero o, tentador, de Venus, en alusión a un santuario ¿céltico?
Visitamos el templo con la mirada en el altar mayor. Allí está el camarín que guarda la Virgen de Valvanera con el Niño en brazos. Se puede entrar por un lateral. Está presidido por un Cristo Majestad y debajo están las imágenes de San Pedro, San Pablo, San Benito y San Atanasio.
El resto de edificios no tiene mayor historia. A un lado de la iglesia está la antigua hospedería renacentista recientemente restaurada. Al otro el edificio monacal. Reedificado sobre el esqueleto del siglo XVII. Austero, dicen que cómodo. Allí viven los 17 monjes que integran la comunidad benedictina.
Pero lo mejor de Valvanera es el paisaje. El Monasterio es una isla en medio de un bosque extenso, cerrado que trepa hasta los 1500 metros. , Encinas, hayas, robles, fresnos, arces y grandes extensiones de pinos de repoblación cubren el monte hasta donde alcanza la vista. El sotobosque es el propio de alta montaña; lo forman helechos, aulagas, retamas, enebros y brezos.
Allí se esconde la fauna entre la que destacan ciervo, corzos y jabalí. En los altos pastan en libertad rebaños de ovejas y manadas de vacas y caballos salvajes. No son peligrosos, pero es prudente no acercarse.
Las aves son las típicas de la alta montaña. Veremos águila, buitres viajeros, búhos, milanos y halcones junto a los oportunistas cuervos, grajos y urracas.
Los senderos son dos y el más sencillo es el llamado 'Sendero de Valvanera'. La ruta parte de la fuente del Monasterio donde letreros historiados informan de las marchas. Se solapa con el GR-190. De hecho, ambos recorridos comparten el camino por el pinar hasta la caseta forestal. Allí el GR gira a la derecha y sube hacia los altos.
El otro sigue recto, abandona la pista y desciende entre encinas, fresnos, arces y algún chopo hasta el fondo del valle, donde está el embalse que surte al Monasterio.
Vuelta. Una vez allí cruzamos el río por una pasarela metálica para regresar por la orilla opuesta entre un tupido hayedo tapizado de musgo hasta un área recreativa. Una pista en rampa nos devuelve al Monasterio.
El primer tramo del GR-190 es parte del SL (Vuelta a Valvanera); tiene mayor desnivel y exige un esfuerzo superior. Para familias acostumbradas a caminar un par de horas. La pista remonta por terreno despejado el monte cubierto de escobas, refugio del jabalí. Hasta entrado el verano los arroyos y cascadas servirán de puntos de avituallamiento.
Muy arriba, con el Monasterio empequeñecido, la pista gira a la derecha y se suaviza. Atraviesa un pinar y desemboca en el cortafuego del alto de la Nevera. A unos minutos queda la cima. Por los prados pastan caballos y vacas y temprano por la mañana asoman los venados y jabalíes.
De vuelta al Monasterio aprovechamos para visitar la tienda de recuerdos y comprar miel, que es exquisita, y el renombrado Licor de Valvanera, un digestivo elaborado a base de enebro y manzanilla.
Datos prácticos
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José A. González, Sara I. Belled y Cristina Cándido
Cristina Cándido y Álex Sánchez
Borja Crespo y Lidia Carvajal
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