'El Risitas', un viral en la nómina de Apple

Un neetbook con sobreprecio. Eso es todo lo que nuestros clientes necesitan, se puede leer en los subtítulos con la pieza que acumula cientos de miles de visitas en Youtube cuando apenas lleva más de un día colgado. Steve Jobs nos hubiera despedido, añade entre carcajadas mientras se seca las lágrimas de la risa al confesar que en realidad se ganado un ascenso por un ordenador en el que se olvidaron de los puertos USB, entre otras cosas.

En realidad de lo que habla El Risitas es de La Paellera, unas de sus vivencias en un chiringuito de Chipiona. La anécdota es de 2007. Ocho años después se ha convertido en el último fenómeno de internet en Estados Unidos donde le han bautizado como The Giggles. Aunque ha sido la prestigiosa revista Wired la que ha firmado este montaje, el asunto empezó a hacerse viral hace semanas en Redditt, uno de los mayores agregadores de noticias del mundo.

En aquella ocasión, ridiculizaba una tarjeta gráfica del fabricante Nvidia. No sé cómo la empresa sigue abierta, afirma desternillándose. Y es que este personaje español se ha convertido en un implacable analista tecnológico de cuyo ácido veredicto no se han librado empresas como Activision o 2K Games. Incluso Marvel y Sony tuvieron que aguantar la guasa de reiniciar la saga Spiderman tras firmar un mediático acuerdo. A pesar de no entender ni palabra de lo que dice, muchos han grabado y compartido en internet sus reacciones al escuchar el vídeo.

Pero el camino recorrido desde el plató de Jesús Quintero hasta convertirse en el azote del último ingenio de los de Cupertino también pasa por Egipto. Y es que los gregarios digitales del derrocado presidente Mohammed Mursi hicieron correr por las redes sociales unas imágenes en el que Joya aparecía desternillándose del general Abdelfatah al Sisi, quien colgó el sable para entrar en una carrera que le acabó llevando a la presidencia del país africano.

Éste es el último capítulo de una moda venida a más en los últimos años. Así, antes que El Risitas, la escena del monumental cabreo de Adolf Hitler en El Hundimiento sirvió para poner a caldo el final de Perdidos, maldecir que los supermercados comiencen a cobrar las bolsas de plástico o lamentar que Belén Esteban volviese a la parrilla después de una larga ausencia.