REDES SOCIALES

Entre la diversión y el peligro

Las redes sociales pueden ser útiles y amenas, pero hay que usarlas con cautela

Inés Martínez

Martes, 20 de mayo 2014, 11:57

Se estima que el 40% de la población mundial interactúa hoy en las principales redes sociales. En 24 horas se suben 350 millones de fotografías a Facebook, se hacen dos millones de búsquedas en Twitter, 172.800 usuarios se unen a LinkedIn y mil millones ... de nuevos 'me gusta' se reciben en Instagram. Son sólo algunos de los números que las redes sociales dejan cada día y que son un buen ejemplo del alcance de esta fiebre por la relaciones a través de un click o un golpe de dedo.

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Cada vez es más raro encontrar a alguien que no esté en alguna de estas plataformas, bien sea por diversión, negocio o interés profesional o personal, pero está claro que la importancia que las redes están tomando en el día a día hace plantearse ciertas cautelas que cuando nació Facebook hace diez años no se pasaban por la mente de los usuarios.

Opciones de privacidad

  • Disfrutar de las redes sociales y mantener la privacidad del usuario a raya son dos aspectos perfectamente compatibles. Sólo hay que dedicar un tiempo a conocer las condiciones y adaptarlas a las necesidades e intereses del consumidor. La más complicada en este sentido es Facebook, que ofrece tantas opciones que a veces es difícil aclararse. Según un informe reciente de la Agencia Española de Protección de Datos, el 43% de los usuarios de esta red tiene configurado su perfil de forma que todo el mundo puede verlo. Y muchos de ellos seguramente sin saberlo. En la sección de privacidad, Facebook ofrece la opción de definir quién ve las fotos compartidas, quién puede ponerse en contacto con el usuario, quién puede buscarle, se permite establecer que el usuario revise las publicaciones en las que se le etiqueta antes de que éstas aparezcan en su biografía e incluso se puede evitar que buscadores como Google muestren el perfil.

«Lo primero que debes saber es quién quieres ser de cara a los demás en cada red social y esto deber ir en función de tu profesión», explica Ángel de los Ríos, Social Media Manager en Diario Sur de Málaga, quien añade: «Un comentario en Twitter puede hacer mucho más daño del que se cree». Esto no significa que navegar por esos mares sea algo peligroso, sólo que hay que saber llevarlo y dedicar un tiempo a analizar qué imagen se quiere transmitir. «Facebook por ejemplo te permite establecer grupos con los que compartir cosas completamente diferentes, de forma que tu madre o tu jefe vean cosas diferentes de las que ven tus amigos. Es costoso, pero merece la pena en muchos casos», asegura De los Ríos.

Las redes sociales son algo divertido pero que puede causar muchos problemas si no se trata como lo que es: algo real y mucho más público y difícil de gestionar de lo que se cree.

Profesional o personal

Como usuario, estar en redes sociales ha pasado a ser algo casi imprescindible. Se han integrado de forma natural en las relaciones diarias entre personas, con conversaciones que empiezan con un «he visto en tu Facebook que...» o «¿por qué dijiste el otro día eso en Twitter?» que desencadenan un debate que, seguramente, de otra forma no hubiera ocurrido. En el aspecto profesional, herramientas como LinkedIn son necesarias no sólo para buscar trabajo, sino para dar una imagen, mostrar conocimientos y aptitudes y que las empresas accedan a los demandantes de empleo. Como explica De los Ríos, «hay profesiones en las que no se concibe no tener un perfil en LinkedIn o tenerlo descuidado». Con un control absoluto sobre lo que se cuenta y sin un esfuerzo diario, un currículum en esta red social puede llegar a miles de empleadores.

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