«En la industria del móvil para un líder no hay rival pequeño»

«Lo que siempre queremos es ofrecer opciones al usuario», contesta cuando se le pregunta por la razón de lanzar dos modelos, uno de ellos con pantalla curva, en lugar de centrarse en uno solo. «Tenemos un planteamiento de un diseño más futurista y más disruptivo en el caso del S6 Edge, mientras que el S6 se acerca al consumidor más tradicional», dice.

El devenir del gremio tecnológico en los últimos meses ha hecho que este lanzamiento sea crucial para reactivar la caja registradora, ralentizada entre enero y marzo con una caída del beneficio operativo estimada del 30%. Aunque la multinacional sigue ocupando el primer cajón del podio mundial de constructores móviles, el tradicional reparto de poder, en el que Samsung lideraba la estadística del número de ventas y Apple la de la rentabilidad, se vio alterado en el último trimestre de 2014. En ese periodo, los californianos aprovecharon el estratosférico lanzamiento del iPhone 6 para vender más terminales que su rival, que consiguió retener el cetro anual.

Una situación que algunos achacan a que el Galaxy S5 no terminó de carburar cómo esperaban en Seúl. «Ha tenido ventas importantes pero también es cierto que las expectativas previas eran más altas», reconoce sobre este terminal. «Nos ha permitido rectificar, hacer una reconfiguración de ciertos elementos y por eso tenemos entre manos el S6. Todo producto del pasado siempre tiene una contribución al presente».

Uno de los saltos más destacados ha sido que han abandonado el plástico como ingrediente del armazón de sus mejores teléfonos, un maridaje muy cuestionado en los mentideros especializados.

«El usuario nos estaba pidiendo la incorporación de materiales nobles en nuestros dispositivos de gama alta», admite el directivo, que recuerda que ya se pudieron ver «acabados metálicos» en el Alpha o los Note, entre otros. Ahora el S6 y el S6 Edge van «un paso más allá» con un cuerpo de cristal templado Gorila Glass 4 y un marco de aluminio. Una combinación con la que aspira a competir directamente con el teléfono de la manzana.

Este estreno es la principal meta volante en lo que va de 2015, curso en el que la compañía también ha renovado su gama media y los teléfonos más asequibles, dos segmentos cada vez más competidos, con la familia A y la familia J, respectivamente. «Yo prefiero utilizar el término gama de entrada en lugar de baja. Cuando alguien adquiere un producto de este tipo no significa que no pueda permitirse algo mejor sino que ese cubre su necesidad. Está claro que el bolsillo español no es el mismo que el italiano o el sueco y puedes encontrarte restricciones presupuestario», analiza.

García destaca que el cambio de las «subvenciones de los operadores» también ha empujado a muchos a adquirir móviles en el mercado libre, por lo que modelos de precio más reducido han despertado más atención.

Con estos cambios, en el pasado ejercicio se consolidó un nuevo puñado de rivales con la misma denominación de origen: China. Marcas como Huawei o Xiaomi han conseguido hacerse fuertes en su mercado y ahora amenazan con extender su pulso a occidente. «Si lo que ofrecen es sostenible en el tiempo o no, lo tienen que decir los consumidores», afirma.

«La competencia es buena en cualquier mercado y nos tiene que hacer mejores a los líderes», reflexiona. «En esta industria, para un líder no hay rival pequeño. Toda empresa grande fue pequeña en su momento».

Este año también ha deparado la llegada de Gear VR en España, el visor de realidad virtual para el Note 4, que ahora contará con una versión para el S6 Edge. «Estamos al principio del principio de esta tecnología, pero hemos sido capaces de entregar algo al cliente que de momento nadie ha conseguido», resume. Otros fabricantes como HTC o Sony preparan sus propias máquinas, pero Samsung , tal y como defiende García, ha podido aprovecharse de su trabajo junto a Oculus, empresa ahora propiedad de Facebook. «Hay muchas posibilidades por delante pero queremos dar la máxima tecnología disponible en estos momentos. Hemos hecho no virtual la realidad virtual», concluye.