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Michael McLoughlin
Domingo, 1 de marzo 2015, 14:05
En el Mobile World Congress, y en otros 'tecnosaraos' similares, suelen cumplirse con rigor dos normas no escritas. La primera, que muchas marcas aprovechan la jornada previa para anunciar sus grandes apuestas para el presente año antes de que el fuego cruzado de presentaciones del ... primer día de feria y la presencia de ilustres de la talla de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook; o Sundai Pichai, 'mandamás' de Android, silencien las novedades y todo quede, mesiánicamente hablando, en pólvora mojada. La segunda, y no menos importante, es que no es raro que Apple 'contraprograme' estos cónclaves, a los que nunca acude, con un evento pocos días después. En este caso, será el próximo 9 de marzo, cuando todos dan por hecho que dé todos los detalles de la llegada de su reloj inteligente, presentado de forma ligera el pasado mes de septiembre.
El 'gadget' en cuestión ha levantado gran expectación en el sector, entre otras cosas por su diseño, uno de los grandes retos de estos aparatos. Quien tampoco se quiere quedar atrás y dar con el punto perfecto para maridar tecnología y moda ha sido LG, que ha protagonizado este domingo una de las primeras presentaciones. Una de las cosas que han traído bajo el brazo -realmente, en la muñeca- ha sido su tercer 'smartwacht': el G Urbane. La factoría asiática sigue trabajando para que el aspecto de sus relojes sea cada vez más cercano al de los tradicionales. El primer gran salto entre su primer y su segunda 'weareable' en el que cambió la forma cuadrada por la esfera circular. Una línea que ahora continúa remachándolo con un cuerpo de acero inoxidable con correa de cuero.
Aunque habrá una versión que contará con Android Wear y menos prestaciones, LG ha creado un modelo que llegará dotado con WebOS, la plataforma que compró a HP en 2013 y que también utiliza en sus televisores; independizándose así de la plataforma creada por Google para vestibles, que limita aún la creatividad en el funcionamiento de estos aparatos.
De lo que parece que se independizará también es el del teléfono móvil. Lejos de ser un mero apéndice del 'smartphone', G Urbane llegará con una versión 4G, que permitirá utilizarlo de manera autónoma. De esta manera, se podrán hacer llamadas, navegar por internet o usar las 'apps' sin necesidad de estar emparejado a otro terminal.
La batería, de 700 mAh, también es uno de sus puntos fuertes puesto que la autonomía de los relojes inteligentes fue una de las cosas que puso en el disparadero a la primera generación de estos aparatos. Su pantalla, hecha de Plastic-OLED, es de 1, 3 pulgas y 320x320 pixeles de resolución. Será resistente al agua -algo obligado-, contará con una medidor de ritmo cardiaco e incluirá un chip NFC que permitirá, entre otras cosas, realizar pagos; así como GPS. Además, contará con un servicio de mensajes de voz cortos, estilo Whatsapp. El 'LTE Walkie-Talkie', como ha sido bautizado, permitirá mantener conversaciones grupales. El sistema de reconocimiento de voz permitirá también hacer traducciones en tiempo real en varios idiomas.
Gama media
Con el G4 reservado para una cita al margen y con el G2 Flex presentado en el CES de Las Vegas y promocionado después en el Innofest de Lisboa, LG ha enseñado hoy sus nuevos terminales de gama media, una categoría de producto que parece que va a dar que hablar mucho en esta edición del MWC. Se trata de un póker de teléfonos más asequibles bautizados como Joy, Spirit, Leon y Magna, que contará con la última versión de Android, Lollipop, y que estarán disponibles tanto en versión 3G y 4G. Aquellos que sean compatibles con LTE, contarán con un procesador de cuatro núcleos de Qualcomm y los que no, montarán un Mediatek.
La mayoría de ellos -a excepción del Joy, que cuenta con una pantalla de 4 pulgadas- repite la fórmula del botón de desbloqueo y del volumen situado en la parte trasera del terminal. Además, en el caso del Magna y el Spirit, la parte trasera es curva. Son móviles que se mueven entre las 4 y las 5 pulgadas y cuyas cámaras, dependiendo el modelo, cuentan con sensores entre cinco y ocho megapíxeles.
Uno de los aspectos más peculiares de estos modelos es que incluirán un ajuste pensado para 'selfies' muy particular. Se trata del modo 'stick' y como su nombre bien indica, está ideado para utilizar con los palos para autorretratos, uno de los regalos estrella de las pasadas Navidades.
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