ICQ se adapta a los nuevos tiempos

Era la época de las salas de chats y del IRC, un protocolo de comunicación en tiempo real basado en texto, que permite debates entre dos o más personas. Yair Goldfinger, Sefi Vigiser, Amnon Amir y Arik Vardi se dieron cuenta de que los usuarios inexpertos no accedían a estos rincones de la red porque no era nada sencillo. ICQ, en cambio, facilitaba las conversaciones. El éxito fue tal que dos años más tarde AOL (America Online) adquirió el servicio por más de 218 millones de euros, más otros 91 millones que pagó a lo largo de los siguientes tres años. Hasta ese momento era el mayor montante que se había pagado por tecnología israelí. En 2001, el servicio ya contaba con más de 100 millones de cuentas.

Sin embargo con la llegada de Windows Messenger, el numero de adeptos empezó a caer. Ahora Mail.Ru Group, su nueva propietaria, está adaptando el servicio a los nuevos tiempos y lo ha hecho con una nueva aplicación de mensajería instantánea para móviles y ordenadores capaz de competir de tu a tu con gigantes como WhatsApp, Line y Telegram, y que ya cuenta con 11 millones de usuarios en todo el mundo. La última versión de ICQ llega con llamadas y videoconferencias gratuitas -es posible cambiar de una a otra solo pulsando un solo botón-, chats para grupos con hasta 200 personas, integra el chat de Facebook y permite acceder mediante el número de teléfono o incluso mediante el antiguo número de usuario de ICQ, denominado UIN.

Pero esta nueva versión tiene otras funcionalidades. Así, es capaz de enviar mensajes a cualquier contacto, tenga o no ICQ, a través de SMS gratuitos y también incluye archivos DOC y PDF entre los archivos que soporta a la hora de realizar los envíos. Siguiendo la estela de Line, la aplicación cuenta con 'stickers' y emoticonos más tradicionales y permite al usuario adaptarla a su gusto con fondos de pantalla ya preinstalados e incluso con otros encontrados en internet.