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Michael McLoughlin
Jueves, 8 de mayo 2014, 18:49
Tras los elogios coleccionados por el HTC One, especialmente en lo que se refiere al diseño, en la factoría taiwanesa se han enfrentado al siempre complicado reto de hacer evolucionar su buque insignia sin generar una ruptura significativa en los principales argumentos de una línea ... de producto a la que han fiado a la mayor parte de sus esperanzas de recuperación. De esta premisa nace el HTC One M8, un terminal llamado a competir sin complejo alguno con el Xperia Z2 de Sony, el Galaxy S5 de Samsung o el iPhone 5S de Apple.
La firma asiática ha apostado por el metal pulido para su nueva creación, con una silueta mucho más redondeada y curva que el de su predecesor, ligeramente más alargada y algo más pesado, 160 gramos. La elegancia del terminal es inapelable, aunque haber apostado por este material obliga al usuario a pensar en hacerse con una funda que evite los rayones del uso diario que desluzcan la espalda del dispositivo.
La parte trasera cuenta con un grabado de la marca y con la cámara de doble sensor. La posición de las dos lentes hace que, al usarlo con una sola mano, se acabe dejando alguna que otra huella sobre el objetivo. En lo que se refiere al agarre y manejo es francamente ergonómico.
El metal -que supone la práctica totalidad del material exterior- solo queda interrumpido por la pantalla y por una banda de plástico en la parte superior. Siguiendo por la estela de otros competidores el terminal está disponible en varios colores: plateado, gris, dorado y el recientemente anunciado rosa.
En lo que se refiere al display, se trata de una pantalla de cinco pulgadas, recubierto con Gorila Glass, que responde perfectamente con una resolución de 1920 x 1080 píxeles y una densidad de 440 ppp que resuelve con mucha solvencia la reproducción de colores y tonos vivos.
La bautizada como 'Duo Cámera' -con una interfaz muy completa- es una de las cosas que más ha llamado la atención. Han mantenido su sensor de cuatro megapíxeles con la tecnología 'Ultrapíxel', que cumple perfectamente a la hora de tomar fotos bien iluminadas y con flash (incluye dos 'leds' que permiten crear diferentes ambientes). Ahora viene jalonado con una lente -colocada unos milímetros más arriba- que recopila información adicional a la hora de tomar la fotografía. Esto lo que permite es un gran abanico de posibilidades a la hora de editar las imágenes: enfoque selectivo, efectos de nieve u hojas, tres dimensiones...
Aunque es algo ciertamente prometedor, el resultado no siempre es el más fino. En algunos casos cuando uno busca desenfocar el primer plano o el fondo de la fotografía para destacar un elemento u otro, el programa no siempre acierta totalmente. Sin embargo, al tratarse de un asunto de 'software' y no de 'hardware' en HTC tienen margen para trabajar en una actualización que mejore el rendimiento de esta más que interesante funcionalidad para instagramers y otros urbanitas de la fotografía móvil.
Lo que no genera ninguna duda es el sonido. El sistema 'BoomSound' mejora en un 25% las prestaciones en este campo frente al One y al poner una canción a máxima volumen, la calidad es espectácular y probablemente única a día de hoy. La colocación de los altavoces, en el marco superior e inferior de la pantalla, es completamente acertada.
El encargado de mover esta máquina es un Snapdragon 801 de Qualcomm a 2,3 Gigaherzios que se combina con 2GB de memoria RAM. Aunque algunos modelos ya empiezan a incorporar 3GB de RAM, en este caso es más que suficiente para ofrecer un gran rendimiento que permite 'correr' cualquier juego o aplicación sin problemas.
Software
Funciona con Android 4.2.2 y los añadidos de HTC, respecto a épocas anteriores, ofrecen una buena experiencia. Interesantes resultan los accesos directos para desbloquear el teléfono que te permiten acceder a la marcación por voz o la cámara directamente. La integración con Fitbit o la nueva versión de Blinfeed -una especie de 'Flipboard' donde el usuario puede personalizar actualizaciones, noticias y notificaciones de diferentes plataformas- son otros de sus puntos fuertes en este campo.
Sobre la batería, se trata de una pieza no extraíble de 2600 mAh que permite aguantar un día siempre que no se de un uso intenso, que se queda un pasito por detrás de algunos competidores directos como el G2 o el Galaxy S5. Una desventaja que tratan de solucionar en los momentos más críticos con un modo de energía extremo que supone una auténtica bendición cuando no hay un enchufe a mano. La memoria interna es de solo 16GB, algo escasa, que puede ser ampliada por MicroSD hasta 128 GB.
Quizás su mayor desventaja para convertirse en un teléfono de masas sea el precio, 729 euros libre. Para ello será clave los acuerdos que con los diferentes operadores que pueden acabar haciendo que el M8 sea una opción muy a tener en cuenta.
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