Una acertada y terrorífica secuela

La gran aceptación por parte de los jugadores posibilitó que el título fuera un éxito desde el principio, quizá debido a la rápida identificación que el jugador siente con la protagonista y las dificultades que debe salvar en todo momento.

Sin embargo, detrás de un juego aparentemente sencillo, existe una ambientación y un diseño de niveles muy trabajado, en la línea de las últimas referencias del género como, por ejemplo, 'Ori and the will of the wisps'.

En esta segunda entrega, este aspecto está todavía mejor acabado, aunque sigue teniendo, al igual que el primero, una duración algo corta.

Si bien la primera parte vendió más de cuatro millones de copias, 'Little Nightmares 2' mejora varias carencias a nivel de jugabilidad. Por ejemplo, ahora hay muchas pantallas que se pueden explorar en más de una dirección, algo que premiará nuestra curiosidad.

De hecho, en la gran mayoría de ocasiones, tendremos algún coleccionable que podemos encontrar en esos rincones o habitaciones que encontraremos en el fondo de los escenarios. Dichos coleccionables u objetos serán necesarios para resolver los tan frecuentes puzles. Dicho de otro modo, la profundidad de cada escena o pantalla ahora es mucho mayor y más interesante que en la primera parte.

Por otro lado, el nivel de detalle y la fotografía han sido especialmente cuidados para hacer todavía más bellas o espeluznantes las escenas que nos encontremos por el camino.

Dos personajes

Otro gran cambio presente en esta secuela tiene que ver con los dos personajes que ahora protagonizan la historia. Ya conocíamos a Six, pero es que 'Little Nightmares' recibió un DLC, o capítulo extra, donde podíamos manejar a un nuevo protagonista, 'Runaway boy'.

En esta ocasión, aunque nuestro protagonista es Mono durante la mayoría del juego, la colaboración entre Six y él es crucial y muy útil. Ambos se ayudan en todo momento y consiguen, además, crear un ambiente de complicidad entre ellos que roza la ternura. Habrá momentos en los que conseguimos que uno de los personajes llegue al otro lado de un salto, pero se rompe el puente, por ejemplo. Así, deberemos saltar y el personaje que haya avanzado evitará nuestra muerte cogiéndonos de la mano en el aire desde el otro extremo del puente. Esto nos muestra un vínculo muy especial entre ambos personajes. Dado que ambos protagonistas son niños, habrá ocasiones en las que uno de los dos tenga miedo y deberemos darle fuerza caminando juntos también de la mano.

Gracias a cómo ha evolucionado la inteligencia artificial detrás de los personajes no jugables y enemigos, tenemos una experiencia de juego y una dificultad también desafiante para todos los públicos.

Nos encontraremos con diversos seres cuyo único objetivo es evitar que podamos avanzar. Estos enemigos, además, aprenden de nuestras pautas durante las partidas y evitarán que la repetición de movimientos pueda realizarse de forma mecánica, ya que aprenden cómo nos movemos y sorteamos los obstáculos.

Por otro lado, también la resolución de puzzles conlleva la cooperación entre ambos niños, que deberán ayudarse entre sí para llegar a objetos fuera de nuestro alcance o intercambiándose elementos para ayudarse en la recolección.

Por supuesto, la banda sonora ayuda a crear tensión en estos ambientes oscuros y tenebrosos a la vez que ayuda a relajarse cuando ya ha pasado lo peor.

Quizá la posibilidad de jugar en modo cooperativo con dos jugadores reales, ya sea en partida local o a través de internet, quede para una tercera parte.

Por lo demás, un juego de plataformas sorprendente, con un apartado estético bello y bien cuidado, y que, además, tiene muchos componentes para entretener y enganchar a partes iguales. No obstante, sigue pecando de algo que ya le ocurrió en la primera entrega, su duración es limitada.