Una vida marcada por la tecnología

Pero, entonces, ¿la tecnología es una herramienta educativa? La asignatura Tecnología, Programación y Robótica que se ha implantado desde este curso en todos los colegios de la Comunidad de Madrid (públicos, concertados y privados) tiene como misión que así lo sea. "El objetivo es que la educación prepare a los jóvenes para que sean protagonistas de este futuro que ya está en marcha", asegura Juan Carlos López, técnico de apoyo en la Subdirección general de Programas de Innovación de la Comunidad de Madrid.

El Ejecutivo regional, que invertirá 16 millones de euros hasta 2018 para implantar la asignatura, adquirió el verano pasado las dotaciones tecnológicas que se han ido instalando en los 300 institutos públicos que impartirán la materia. El equipamiento consiste en 330 impresoras 3D y 1.500 ordenadores portátiles y táctiles.

"Nuestros estudiantes son muy hábiles con el uso de la tecnología, pero queremos que vayan un paso más allá, que sepan interpretarla y descubran qué hay detrás", explica el técnico. De esta forma, los estudiantes pasarán de ser "meros consumidores de tecnología" a convertirse en "los propios creadores de la misma".

López explica que la idea surgió cuando en el Ministerio de Educación se percataron de que "nos movemos en un ámbito de la vida social, económica y cultural con una sociedad muy avanzada en lo digital", por lo que desde Madrid pretenden que "todos los alumnos sean capaces de interactuar con este nuevo ecosistema" gracias a la educación en la materia.

Detrás de esta asignatura hay empresas, como la española BQ, que dan el apoyo tanto en materiales como en formación del profesorado. El director adjunto de la compañía y socio fundador, Rodrigo del Prado, reconoce que la educación es uno de los pocos sitios que no ha cambiado desde hace 150 años.

"Uno sería capaz de diferenciar perfectamente si le ponen delante una foto del siglo pasado y una actual entre un hospital, un gimnasio y un banco, pero un aula no es tan fácil". En opinión del cofundador de BQ, la educación "no ha cambiado al ritmo que ha cambiado el mundo", y eso es un problema que desde su empresa se han propuesto solucionar.

"Lo primero es explicar para qué sirven las cosas, porque, si el alumno está motivado, se puede hacer cualquier cosa", dice Del Prado, quien se muestra satisfecho de que la Administración se haya dado cuenta "de que la tecnología no es algo optativo, sino que es necesaria".

El director adjunto asegura que "no es algo negociable, sino que la tecnología es algo con lo que todo el mundo va a tener que vivir". Por eso, en su opinión, es tan importante que los niños, los denominados 'nativos digitales', "no sean meros usuarios, sino que sepan cómo funciona".

Eventos tecnológicos

En este sentido, la empresa con sede en Las Rozas (Madrid) acaba de finalizar su iniciativa de laboratorio itinerante Circolab. Este espacio de creación ha acercado la tecnología a más de 5.000 personas de todas las edades en 40 localidades españolas. Durante tres meses de gira, ha organizado 75 talleres y a tividades, fomentando el espíritu creativo y tecnológico tanto de mayores como de pequeños.

Por su parte, Apple también organiza talleres e incluso campamentos tecnológicos para niños. En los campamentos, para niños de entre 8 y 12 años, aprenden a hacer su propia película o a crear libros interactivos. Por otra parte, la empresa organiza excursiones para alumnos y profesores a una de las Apple Store, que se transforma en un escenario para que los niños presenten sus creaciones a padres, profesores y amigos.

Y, por último, los eventos gratuitos que se organizan en las tiendas Apple para los más pequeños, como 'La hora del código', talleres para que los niños aprendan a programar con ayuda de expertos. Estas clases de una hora de duración enseñan los fundamentos de la programación informática de manera fácil y divertida para niños a partir de 6 años. Estos talleres se organizaron en las 468 tiendas Apple Store de todo el mundo, incluidas las once españolas, dentro de la Semana de la Enseñanza de la Informática.

Pero, si la tecnología quiere llegar a los niños, la mejor forma de hacerlo es jugando. Así lo ha entendido BQ, que decidió ponerse manos a la obra para crear un robot apto para todas las edades que permite "una interacción a muy alto nivel sin ningún tipo de barrera de entrada a la tecnología para los niños", explica Del Prado. Zowi, como han llamado a este divertido juguete educativo, tiene la ventaja de que puede programarse desde una app de forma muy sencilla para controlar sus movimientos.

Para los más atrevidos, el robot cuenta con una placa Arduino con muchos puertos abiertos. "No queremos hacer un juguete que sea así para siempre, sino que sirva para que el niño construya encima de él", afirma el director adjunto. Zowi ya está disponible en tiendas a un precio de lanzamiento de 99 euros.

También para mayores

Del Prado tiene claro que la tecnología nos rodea, "por lo que es importante entenderla, sobre todo, porque no es tan difícil". Según el ingeniero, "siempre se tiene miedo a las cosas que no se conocen". Es el caso de las personas mayores, a quienes les parecía muy difícil usar un smartphone, pero la mayoría ha terminado teniendo un,o "aunque solo sea para recibir fotos de sus nietos", dice Del Prado. "La tecnología nos tiene que hacer la vida más cómoda, y en el momento en el que te aporte algo vas a querer utilizarla".

En este sentido, la empresa cántabra Wolder ha dado también algunos pasos y ha querido acercar este mundo smartphone a los mayores de la forma más sencilla posible. Así nace Mi Smart Xenior, "un smartphone para gente mayor con todas las características de uno normal pero con una interfaz más visual, más intuitiva y más fácil para ellos", explica Ángel Díaz, ingeniero de Producto en Wolder.

El terminal, con un precio en tienda de 89 euros, tiene la opción de 'hablar' con el usuario para indicarle en qué menú está entrando o a quién está llamando. "Aunque se trata de un móvil táctil, también tiene botones físicos para las opciones más usadas: linterna, radio, cámara y botón de auxilio". Se trata de un botón rojo en la parte trasera que, si el usuario lo pulsa durante 5 segundos, llama o manda un SMS a una lista de contactos predefinida.

La furgoneta de la robótica

Tras más de 90 días de ruta y 8.000 kilómetros recorridos, el laboratorio itinerante Circolab, de la tecnológica española BQ, ha puesto fin a su viaje por toda España. Durante tres meses de ruta ininterrumpida, ha organizado 75 talleres y eventos en 40 localidades fomentando "el espíritu creativo y tecnológico de más de 5.000 personas de todas las edades".

Entre las actividades, por ejemplo, un taller de robótica espacial en el Planetario de Pamplona y uno de costura con hilo conductor dirigido a personas de la tercera edad en San Sebastián. Ana Enrich, responsable de comunicación y producción de Circolab, asegura que en cada parada los talleres han sido distintos "en función de las necesidades del evento y de las personas", pero sin olvidar nunca la esencia del proyecto y su filosofía.