Mark Zuckerberg, en el pasado Mobile World Congress.

El «gueto» del internet gratis de Facebook

Asociaciones y compañías de 30 países se rebelan contra el proyecto de Zuckerberg de llevar conexión a países en desarrollo

Michael McLoughlin

Sábado, 13 de junio 2015, 07:51

El deseo de Mark Zuckerberg de ingresar en la nómina de los 'tecnofilántropos' le puede acabar resultando un bocado de difícil digestión. Su proyecto internet.org, con el que pretende llevar conexión gratuita a los dos tercios de la población mundial que aún no disponen ... de ella, ha levantado ampollas entre 67 asociaciones de todas partes del globo. En una carta abierta publicada la pasada semana, estas organizaciones acusan al fundador de Facebook de crear «un gueto para gente pobre, en lugar de una puerta de entrada real a la red».

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El programa del joven millonario es desde hace dos años un tema de intenso debate en la industria de las comunicaciones. Entre otros eventos, ha sido cabeza de cartel de las dos últimas ediciones del Mobile World Congress de Barcelona, el gran cónclave del gremio. Su planteamiento es sencillo: las personas que disfruten de sus beneficios podrán acceder a una serie de servicios limitados, gestionados por la red social y socios como la Wikipedia.

En una sesión de preguntas con los usuarios de su plataforma a mediados de abril, Zuckerberg anunció su intención de traer también a Europa internet.org para quienes lo necesiten. «Mucha gente piensa que por cada mil millones de personas que hay conectadas a internet, cien millones consiguen salir de la pobreza», sostuvo entonces. «Si dos de cada tres personas no están conectadas a internet, hay miles de millones de potenciales emprendedores que podrían ofrecer ideas maravillosas al mundo, y que ahora no lo hacen».

 "Campo de muros dorados"

«Facebook está construyendo un campo de muros dorados en el que la gente más pobre del planeta solo tendrá acceso a un pequeño grupo de webs y plataformas inseguras», asegura la carta, que acusa a Zuckerberg, entre otras cosas, de vulnerar la neutralidad de la red. Un principio que asegura que todas las plataformas y aplicaciones sean tratadas por igual y no sean discriminadas. Algo que podría acabar «con la igualdad de oportunidades, la seguridad y la innovación» en el ciberespacio.

Este mismo año, las autoridades estadounidenses rechazaron un plan impulsado por algunas de las mayores operadoras del país que, en caso de salir adelante, podría haber permitido que empresas como Netflix pagasen por que sus suscriptores recibiesen más rápido sus contenidos frente a los de otros.

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Estas críticas no son nuevas para los de Menlo Park, que antes ya habían abierto la horquilla permitiendo que aquellas aplicaciones, siempre que no fuesen servicios de llamadas VoIP, que no funcionen con fotografías en alta resolución o de intercambio de archivos, que se quisiesen unir a internet.org podían hacerlo cumpliendo unos requisitos técnicos concretos como el no utilizar el protocolo HTTPS -conexión segura-, lo que también ha generado dudas.

Como respuesta a los reproches, desde Facebook han venido sosteniendo eso de que 'un poco es mejor que nada' y confían en que según se vaya expandiendo el servicio «más gente verá los beneficios» del proyecto.

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Los datos personales

Convertido en una nación digital superpoblada con 1.350 millones de usuarios, la compañía afronta el reto de seguir engordando su ingente parroquia y seguir alimentando su negocio, cuya materia prima son los datos personales. Con China como territorio prohibido debido a la gran muralla que Pekín ha levantado en internet, ofrecer acceso gratuito en lugares como la India, Colombia o los países africanos -donde ya funciona gracias a acuerdos con compañías locales- podría tener para su actividad el mismo efecto que la hormona del crecimiento. Algo que inquieta a los firmantes de la carta, muy preocupados por una eventual «recolección de información personal» de los usuarios de la plataforma, así como múltiples usos que se podrían dar a esos registros.

Por último, el texto plantea sus temores sobre la libertad de expresión. Consideran peligroso que los Gobiernos, de la misma forma «que piden a los proveedores bloquear servicios y páginas webs», puedan presionar a Facebook para censurar contenidos e incluso vetar el acceso a determinadas personas, como disidentes políticos.

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