«La mayor desigualdad existente es la violencia de género»
Arantza campos ·
Esta investigadora y profesora de la UPV aborda el tema de la prostitución desde la mirada abolicionista y sostiene que la prioridad debe ser la educación escolarSecciones
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Arantza campos ·
Esta investigadora y profesora de la UPV aborda el tema de la prostitución desde la mirada abolicionista y sostiene que la prioridad debe ser la educación escolar«Los micromachismos van desde los comentarios hasta las expectativas que tienen de ti en tu ámbito de trabajo. Son pequeñas cosas continuas, a veces inconscientes, de las que no puedes estar todo el rato entrando en ellas porque no harías nada más», dice ... Arantza Campos, investigadora de la Universidad del País Vasco (UPV / EHU), al explicar cómo detecta el comportamiento machista en la cotidianidad.
Especializada en violencia de género, teoría feminista, representación política de las mujeres y políticas públicas sobre igualdad desde el franquismo hasta la actualidad, Campos asegura que en España no hay igualdad ni paridad, ni siquiera en las esferas reguladas por ley. «Se encontró la formulación neutra de exigir nunca menos del 40% para ninguno de los sexos. Pero siempre la minoría es para las mujeres. Ni siquiera en los lugares más cercanos, más considerados femeninos, las mujeres están por encima de los varones».
-¿Dónde están hoy las mayores desigualdades entre hombres y mujeres?
-La desigualdad es estructural. Está en todos los sectores de la sociedad. La mayor desigualdad existente es la violencia de género, uno de los efectos de esa desigualdad estructural y la más terrorífica. La ejercen los varones contra las mujeres no sólo dentro de los hogares. También en el ámbito público. Pero en el privado estaba absolutamente oculta y era una realidad aceptada. Hoy en día hemos conseguido incluir un concepto de justicia y considerar que esa violencia también es ilegítima.
-¿Se está corrigiendo la desigualdad estructural?
-Se están poniendo medios para intentarlo. Estamos en la fase de hacerla visible. No es una batalla ganada. En los últimos años hay movimientos que niegan la existencia de la violencia que ejercen los hombres sobre las mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Se están dando pasos pero no todos los que debieran.
-¿Cuáles faltan como prioridad?
-La teoría feminista no es punitivista. No considera que el derecho penal arregla los problemas sociales, y es el último recurso. Es fundamental la prevención y la educación, pero no se está tomando en serio. Se ha intentado introducir las asignaturas que hagan visible esa realidad y hagan comprender a los estudiantes que relacionarse a través de la violencia no es aceptable. Pero ellos están aprendiendo con la pornografía, que es terriblemente violenta. La escuela no asume su función educadora en esta materia porque no se consigue introducirla en el currículo educativo de manera sistemática. Sin embargo, dejamos a nuestros niños y niñas en manos de internet.
-Aquí entran en juego las resistencias, como el pin parental.
-Desde luego. Vox niega la existencia de la violencia de género. Se pueden discutir las causas y las posibles soluciones, pero negar la evidencia es de locos.
-Sobre la mesa está la ley del 'sí es sí', ¿hacer un solo delito lo que ahora se diferencia entre abuso y agresión sexuales es una solución?
-No es lo mismo. Hay que establecer grados. El que se considere más inaceptable, penarlo más gravemente. No equipararlo, porque no todo es lo mismo.
-Hay dos propuestas para afrontar la prostitución. ¿Qué fórmula sería más efectiva? ¿La abolición o la regulación?
-Soy abolicionista y no distingo entre trata y prostitución, porque la gran demanda de prostitución aumenta la trata. No son dos realidades diferentes. El argumento regulacionista de que 'no toda prostitución es trata' es falso. No hay que aceptar la venta de personas ni de sus partes. Si la oferta tiene que ver con la demanda, algo habrá que hacer con la demanda, esos hombres que no les importa si es menor, traficada o vive en una situación denigrante. No es una voluntad de persecución sino una llamada de atención a que piensen qué hacen con las mujeres
-¿Y los vientres de alquiler?
-Más de lo mismo. En la realidad se explota a mujeres pobres. Y si el bebé no sale bien, te quedas con él. Es indecente e inmoral. No tiene que ver con un acto de generosidad.
-¿En cuánto tiempo habrá igualdad real?
-Para lo que atañe estrictamente a la normativa no discriminatoria échale cien años, mínimo. Para una sociedad realmente igualitaria soy incapaz de imaginármelo.
-¿Es ese el mejor escenario?
-El covid ha demostrado una vez más que todo lo que tiene que ver con igualdad entre hombres y mujeres es un asunto para los buenos tiempos, para cuando nos va bien y podemos. Cuando va mal, señoras, ustedes a aguantar y cuidar.
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