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Olaya Suárez
Gijón
Martes, 19 de noviembre 2024, 09:48
Durante semanas planeó el ataque. Recorrió Somió y La Providencia, en Gijón, en su moto de gran cilindrada. Estudió el lugar en el que podría consumar su plan y el 30 de octubre decidió actuar. Eligió la víctima al azar. Sabiendo que por el ... camino de Los Lirios eran varias las jóvenes que utilizaban la zona trasera del Instituto El Piles como atajo para llegar a sus casas. El cazador sexual actuó embozado, con material para inmovilizar a la menor y evitar dejar su rastro. Llevó incluso una cantimplora con agua con la que limpió a la víctima después de violarla. Un extremo crucial a la hora de demostrar la premeditación.
Boris S. M. tiene 44 años, es natural de Oviedo, vivió su infancia y juventud en Roces, estudió en el instituto del barrio y a lo largo de su vida ha pasado varias temporadas en la cárcel. Ya recién cumplidos los 18 acumulaba una veintena de condenas por robos de coches. Era miembro de la conocida como banda del Fiat Uno. Es un delincuente común que no tiene trabajo conocido y al que la última época le sirvió de guarida una habitación en un piso compartido en la calle Ribadesella, en el barrio de Laviada.
El perfil criminal del asturiano que está considerado ahora uno de los más peligrosos violadores del país está marcado por la psicopatía y por un carácter narcisista que lleva al extremo. Es una persona solitaria que apenas tiene amigos y quienes lo conocieron de más joven lo definen como un ególatra, con un culto excesivo a su cuerpo que en los últimos tiempos había hecho extensible a su motocicleta Kawasaki. Sus redes sociales son una muestra de su personalidad: un narciso de manual que de forma continua mostraba su torso al desnudo y con una pasión desmedida por su motocicleta, que la exhibía como trofeo. La 'compró' hace meses, tras su última salida de prisión.
Desde el domingo permanece ingresado en la Unidad de Cirugía Maxilofacial del HUCA. Llegó allí derivado del Hospital de Cabueñes por las lesiones causadas durante la detención policial. Hizo gala de esa violencia que guía su proceder y acabó reducido por los agentes y con una fractura de mandíbula en la parte izquierda de la cara. Será una vez sometido a una intervención quirúrgica cuando pase a disposición judicial. Mientras, permanece fuertemente custodiado por agentes en una habitación del complejo hospitalario.
Los investigadores llegaron hasta él después de 18 días de trabajo frenético, día y noche. Se revisaron cientos de horas de cámaras de seguridad, se analizaron antenas de telefonía, tomaron declaración a testigos, se revisaron cientos de fichas de presos con antecedentes y se analizaron hasta el detalle las prendas que llevaba la víctima en el momento del ataque. La prioridad era absoluta para evitar que el cazador sexual volviese a actuar. La gravedad de un hecho tan poco usual en la ciudad puso en jaque a la Comisaría de Gijón, que contó con el apoyo de la Comisaría General de la Policía Judicial.
Al mismo tiempo que las pesquisas avanzaban, los análisis del material recogido daban sus frutos. La Policía Científica conseguía extraer una muestra de ADN de un vestigio ínfimo localizado en una prenda interior de la víctima. Le ponían por fin nombre al violador.
La detención tuvo lugar poco antes de las 8 de la mañana del domingo en el número 8 de la calle Ribadesella. El individuo estaba durmiendo cuando se produjo el arresto, al que se resistió fuertemente. Del registro domiciliario en el 1º F, donde había alquilado una habitación recientemente, los agentes se llevaron prendas con las que podría haber actuado el día de autos, así como distinto material: cinta de embalaje, sus dispositivos móviles, zapatos y bolsas, entre otros. Todas esas pertenencias están siendo analizadas en el laboratorio para ver si contienen material genético de la víctima de la violación de Somió, de 17 años. O de otra posible víctima. La investigación se centra ahora en determinar si Boris S. M. es autor de algún otro ataque sexual sin resolver en España.
Boris S. M. no pasará a disposición del juzgado de guardia hasta que no reciba el alta en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Permanece ingresado en el área de Cirugía Maxilofacial para ser intervenido quirúrgicamente de una fractura de mandíbula. Sufrió la lesión al resistirse a los policías que le detuvieron el domingo por la mañana. Fue llevado al Hospital de Cabueñes para que le curasen sus heridas y desde allí le derivaron al servicio especializado de Oviedo. Permanece custodiado por varios agentes de la Policía Nacional las 24 horas del día. Los agentes aún no han podido tomarle declaración oficialmente. En los calabozos se mostró desafiante y violento con los agentes policiales.
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