El viaje imposible de una ballena jorobada entre América y África

Es la migración más larga documentada por un animal de estas características y una de las más extrañas, ya que este cetáceo suele trasladarse de norte a sur, en busca de alimentación (en aguas frías) y zonas de reproducción (aguas calientes). No se tenía constancia de la realización de una migración de este a oeste, cruzando los océanos Pacífico e Índico y realizando unos 13.000 kilómetros, aunque esta cifra puede ser mayor. «Calcular la distancia real es un reto ya que las rutas migratorias son especulativas», explica Ekaterina Kalashnikova, investigadora del BCSS y participante en el estudio publicado por la Royal Society Open Science.

Los científicos estipularon, con la ayuda de la inteligencia artificial, la distancia ortodrómica (la más corta) para esa cifra, pero dudan de que la ballena jorobada (un macho) hiciera solo esos kilómetros. Elevan el viaje a una horquilla entre los 18.300 y los 19.100 kilómetros. «Incluso puede ser mayor», añade Kalashnikova.

La primera fotografía de esta ballena fue tomada en 2017 en Bahía Solano, en la costa colombiana del Pacífico; en 2022, se la vio otra vez en Zanzíbar. Dónde estuvo entre las dos costas, es un misterio. Los porqués de hacer este viaje también lo son, aunque el BCSS ofrece algunas opciones. La primera, que el cambio climático haya provocado un aumento de la temperatura del agua y un cambio en las rutas migratorias.

Una posibilidad es 'culpa' de las políticas conservacionistas. El incremento de la población de jorobadas puede haber provocado que haya más problemas a la ahora de alimentarse. Otra opción es, simplemente, que se haya despistado y por último está la motivación sexual. Estas ballenas son polígamas y este animal errante pudo acabar en Tanzania porque buscaba más hembras para aparearse ya que no las encontraba en su hábitat clásico.