El Vaticano reabre el 'caso Orlandi'

El promotor de justicia (fiscal) de la Santa Sede, Alessandro Diddi, ha decidido reabrir las investigaciones junto a la Gendarmería vaticana, por lo que volverán a examinarse todos los documentos, testimonios y pruebas relacionadas con este mediático suceso. Esta sorprendente decisión hecha pública este lunes llega después de que el hermano de Emanuela, Pietro Orlandi, escribiera recientemente al Papa Francisco asegurándole que contaba con «nuevos elementos» sobre la desaparición. Después de que la Justicia italiana archivara el caso, la familia llevaba desde 2017 pidiendo a los tribunales vaticanos que retomaran las investigaciones para arrojar algo de luz.

«Por lo que he entendido se quiere controlar todo y comenzar desde el inicio. Tal vez han entendido que no nos íbamos a parar nunca en la búsqueda de la verdad. Es el momento de poner un fin a este asunto, tanto para nosotros como para ellos, para la Iglesia y para el propio Vaticano», comentó en el diario 'La Stampa' Orlandi, que nunca se ha dado por vencido para tratar de aclarar qué pasó realmente con su hermana. «Es la primera investigación vaticana verdadera», señaló, mostrando su deseo de poder presentar lo antes posible su testimonio ante el fiscal Diddi.

«Diré las cosas que siempre he contado. Estoy convencido de que en el Vaticano hay personas, algunas de alto nivel, que conocen los hechos». También celebró la reapertura del caso Agca, para quien la chica fue víctima de «una intriga increíble» para conseguir la liberación del aspirante a magnicida. «No la secuestró ningún grupo criminal ni fue un acto terrorista. Estuvo en el centro de una intriga inaudita. Es un misterio en el que debo aclarar punto por punto», dijo en el 'Corriere della Sera'.

La incansable labor del hermano de Emanuela también ha llevado a que la política italiana vuelva a interesarse sobre este asunto. El pasado diciembre, tres diputados de tres formaciones políticas diferentes presentaron una propuesta de ley para que se creara una comisión de investigación parlamentaria sobre esta desaparición y la de otras dos casos que conmocionaron a la opinión pública italiana: el de la joven Mirella Gregori, a la que se perdió la pista poco antes de un mes que a Emanuela, y el de Simonetta Cesaroni, acuchillada en 1990 en Roma sin que haya sido encontrado aún el asesino.

En julio de 2019 el 'caso Orlandi' ya volvió a generar titulares cuando el Vaticano permitió la apertura de dos tumbas de sendas princesas alemanas situadas en el cementerio teutónico, ubicado dentro del Estado más pequeño del mundo, después de que la familia Orlandi pidiera que se buscaran allí trazas de la joven. Las sepulturas, sorprendentemente, estaban vacías, y no se encontraron huesos de Emanuela en el anexo Colegio Teutónico, donde habían sido halladas una gran cantidad de restos humanos. El año anterior tampoco permitió aclarar el caso el análisis de ADN de unos huesos localizados durante unas obras en el edificio de la nunciatura apostólica (embajada de la Santa Sede) ante Italia, como ocurrió igualmente en 2016 con el estudio de los huesos encontrados en la tumba del capo mafioso Renatino De Pedis en la basílica de San Apolinar, situada muy cerca del lugar donde se perdió la pista a Emanuela.