El Vaticano blinda la residencia del Papa durante su convalecencia

En este período de dos meses de convalecencia se van a reducir al mínimo los encuentros de Jorge Mario Bergoglio con otras personas, hasta el punto de que sus familiares no han acudido todavía a visitarlo y esperan a que sea el Pontífice quien se ponga en contacto con ellos para evitar fatigarlo en exceso, según ha sabido este diario. También se pretende que durante este tiempo de reposo se abstengan de pedirle audiencia los cardenales, algunos de los cuales acostumbran a reunirse con el Papa incluso durante su período de descanso vacacional. Sí es posible, en cambio, que mantenga encuentros con el purpurado Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, y 'número dos' de la jerarquía vaticana, y con Edgar Peña Parra, sustituto para los asuntos generales de la Secretaría de Estado, un cargo clave en el funcionamiento de la Curia romana. Francisco ya los recibió a ambos de manera conjunta en dos ocasiones durante su hospitalización en el Gemelli.

En esta nueva fase que se ha abierto en el pontificado de Bergoglio, que tiene 88 años, parece claro que habrá que olvidarse de las jornadas repletas de audiencias y encuentros, tanto públicos y privados, que ha desarrollado el Papa durante los más de 12 años que lleva en el cargo. La salud está ahora por delante de una agenda que queda casi vacía para los próximos meses. Siempre que no haya sorpresas, la primera cita en la que es posible que participe Francisco es la audiencia que tiene fijada el 8 de abril con los Reyes de Inglaterra, Carlos III y Camila. Luego están las ceremonias de la Semana Santa, que por el momento se descarta que pueda presidirlas, más allá de que tal vez imparta la bendición 'Urbi et Orbi' del Domingo de Resurrección, 20 de abril. Una semana después tendrá lugar la canonización de Carlo Acutis, conocido como el 'patrón de Internet', en la que se espera que participen unas 100.000 personas, aunque se desconoce si estará presente Francisco.

Para el arzobispo Vincenzo Paglia, presidente de la Pontificia Academia para la Vida, la imagen de debilidad mostrada por el Papa cuando saludó este domingo a los fieles desde un balcón del hospital Gemelli «muestra que la vejez está marcada por la fragilidad, que no hay que rechazarla y expulsarla como si fuera el demonio». A su juicio, Bergoglio está desarrollando ahora «un magisterio extraordinario que no se hace con las palabras, sino con el cuerpo, diciéndonos a todos que somos frágiles y que debemos cuidarnos los unos a los otros».