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Hace un cuarto de siglo Diego Urdiales tomaba la alternativa en la localidad francesa de Dax. Ayer, el torero de Arnedo celebraba la efeméride en la misma plaza con Daniel Luque y Fernando Adrián en el cartel. Con ambiente espectacular en los aledaños del coso y lleno en los tendidos al romper el paseíllo anunciaron por la megafonía del coso la feliz efeméride. Una vez explicado el dato histórico se comunicó que las autoridades de la villa, con el alcalde Julien Dubois a la cabeza, hacían entrega al diestro de Arnedo de la medalla de la ciudad como gesto de reconocimiento.
Finalizado el homenaje, Urdiales se abrió de capote ante el soso primero al que le planteó una faena muy sentida en la que la distancia y la altura fueron la clave. Llegaron naturales primorosos y enterró el acero. Finalmente el toreo saludó desde el tercio. El cuarto de la tarde, segundo del diestro riojano, fue un astado que no acabó de entregarse en ningún momento. El coletudo se puso en el sitio y firmó muletazos soberbios con los que, sin razón aparente, no entró el público presente. Se puso complicado para matar y su actuación no fue reconocida.
Las actuaciones de Daniel Luque y Fernando Adrián fueron silenciadas.
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