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M. J. PASCUAL
Miércoles, 13 de abril 2022, 10:09
En la jornada de este Miércoles Santo, 13 de abril, se cumplen tres meses de la desaparición de Esther López de la Rosa y, de todas las hipótesis sobre su muerte que se barajan desde el principio y después del análisis de las pruebas complementarias ... que pidieron los forenses para entregar el informe definitivo de la autopsia a la magistrada del caso, es la del atropello en la que se están empleando a fondo los investigadores de la UCO de la Guardia Civil. Por eso se decomisó la semana pasada el coche de Óscar S., el amigo que, supuestamente, fue el último en ver con vida a la joven vecina de Traspinedo la madrugada de autos en el cruce de El Romeral, la urbanización en la que los especialistas de la Policía Científica están peinando palmo a palmo el chalé y la parcela de los padres del principal sospechoso. En paralelo, los agentes continúan interrogando a vecinos de la localidad y gente muy próxima al entorno del agente de viajes investigado, que pertenece al círculo íntimo de la familia de Esther.
Son cinco las incógnitas que tendrán que dejar muy claras los investigadores para completar un endiablado puzzle que, según fuentes próximas al caso, ya estaría «muy perfilado» en lo que se refiere a la reconstrucción de lo que le pudo ocurrir a la joven vecina de Traspinedo, pero les falta «la prueba definitiva», y en ello están, para presentársela a la titular del Juzgado de Instrucción 5. «Nadie quiere otro 'Manitas'», apuntan las mismas fuentes en alusión a la detención, antes de que apareciera el cuerpo de Esther, de uno de los tres investigados del caso, el único que hasta el momento ha sido arrestado y, cinco días más tarde, tuvo que ser puesto en libertad, aunque permanece a disposición judicial y no puede salir de España.
Con las lesiones que presentaba el cadáver de la joven, que fue hallado el 5 de febrero pasado en un caz junto al arcén de la carretera que conduce al pueblo veinte días después de iniciarse la búsqueda, forenses y expertos en medicina legal consultados señalan que solo caben dos opciones; el atropello o «la precipitación», aunque esta posibilidad sería «más teórica que otra cosa, porque en la zona no hay lugares elevados desde los que pudiera caer al vacío y haberse realizado ese tipo de lesiones». Por el contrario, es más probable, indican, que la joven fuera víctima de atropello, accidental o intencionado. Según lo que ha trascendido del informe de la autopsia, esas lesiones no habrían supuesto la muerte instantánea.
De producirse el arrollamiento, tampoco se sabe con certeza si se produjo en la carretera de Traspinedo o en otro lugar y posteriormente una o varias personas lo trasladaron a ese punto. Los expertos de tráfico de la Guardia Civil que realizaron pocos días después del hallazgo pruebas sobre la vía no encontraron rastros visibles de frenada o partes de elementos de un vehículo que se hubieran roto por el impacto.
Los forenses coinciden en que la joven murió el mismo día de su desaparición, en un arco de siete horas comprendido entre las dos y las nueve de la mañana. Dos hombres que la acompañaban la noche de autos, Óscar S. y Carlos L. G. 'Carolo'. Tras ver el partido de la Champions a las ocho de la tarde en el pub James Dean del pueblo, Esther estuvo con otros amigos en la casa de uno de ellos y despúes en el bar El Castillo, donde coincidió con los dos investigados. Los tres se fueron después a la zona de las bodegas y, siempre en el coche de Óscar, se desplazaron hasta el aparcamiento del restaurante La Maña, donde se bajó 'Carolo'. Posteriormente, y aquí empiezan las contradicciones, el vehículo se detuvo en el cruce que va a dar a la urbanización El Romeral. Según declaró Óscar a la Guardia Civil, serían las tres de la madrugada cuando dejó a Esther en el cruce tras discutir con ella, porque la joven quería seguir de fiesta en Valladolid y él se fue a dormir al chalé de su familia. Los especialistas en inspecciones oculares de la Guardia Civil han peinado esta propiedad palmo a palmo recopilando vestigios que puedan probar que Esther estuvo allí o que su cadáver fue ocultado temporalmente antes de ser trasladado a la ubicación donde fue hallado. Eso explicaría, según algunas fuentes, su estado de conservación tras 24 días. Mientras, los técnicos revisan piezas, el ordenador de a bordo y el navegador del turismo de Óscar, que no le fue incautado hasta el pasado miércoles, si bien ya había sido inspeccionado con anterioridad, cuando se comprobó que había sido lavado minuciosamente.
En profundidad
Los vecinos de Traspinedo se resisten a creer que el cuerpo hubiera estado en ese lugar desde la misma madrugada de autos, más de 20 días, sin que nadie lo hubiera visto y tras cuatro batidas multitudinarias en busca de la joven por el término y junto a una vía muy transitada, la única carretera que conduce al pueblo, pues el otro acceso es un camino de tierra. Aunque los partidarios de la teoría de que «siempre estuvo allí» o, al menos, fue trasladada allí la misma madrugada de su desaparición, aluden a la nula visibilidad de ese punto desde la carretera, con dos curvas previas, un peralte y una señal de tráfico delante. La posición en la que el cadáver fue descubierto sugiere, según los peritos consultados, que es difícil que el cuerpo «rodara» hasta el lugar, sino que fue «colocado» en el paraje junto a la vía de Traspinedo, por la posición en la que se encontraba. Esther estaba boca abajo, con la cara sobre la tierra, uno de los brazos completamente estirado a lo largo del cuerpo y el otro brazo oculto bajo él, completamente vestida con la misma ropa que llevaba cuando salió de su casa, Esta posición sugiere que la persona o personas que la trasladaron allí «la conocían» y por eso se descarta un atropello con fuga cometido por desconocidos. De haber sido así, la habrían dejado tal cual sobre la calzada y el cuerpo aparecería desmadejado y, probablemente, sin sus objetos personales. Porque, lo que más sorprendió a los investigadores es que tenía el bolso junto a ella y, un poco más alejado, el teléfono móvil. En ese lugar, como comprobó la comisión judicial que realizó el levantamiento del cadáver el sábado 5 de febrero, no había huellas de batidas, ni una rama rota en la maleza ni pisadas en los terrones de la finca de cultivo con la que linda el caz.
Todos los indicios recabados hasta el momento conducen a una dirección: que lo que le ocurrió a Esther, cuyo cuerpo no muestra signos evidentes de violencia (por ejemplo, huellas de estrangulamiento, o agresión sexual) pudo ser «un fatídico accidente, una negligencia y que los responsables, por intentar tapar, por ejemplo, un contexto de consumo de alcohol y drogas, incurren en algo mucho más grave que un homicidio imprudente, al añadir manipulación de pruebas, ocultación de un cadáver e, incluso, denegación de auxilio, si verdaderamente la joven no murió en el acto y pudo salvarse si la hubieran llevado a un hospital», apuntan estas fuentes jurídico legales.
Hasta la fecha, son tres personas las investigadas en el caso: Ramón G., cuya vivienda en una urbanización próxima al restaurante La Maña fue la primera en ser revisada por la Guardia Civil, así como su vehículo. Fue el sospechoso principal después de que hubiera manifestado a un testigo que había hablado por teléfono con Esther el domingo siguiente al día en que saltó la alerta de su desaparición. Se le detuvo y fue puesto a disposición judicial pero la instructora determinó que no había pruebas suficientes para su ingreso en prisión, aunque le impuso medidas que limitaban su libertad de movimientos. Todavía no le han sido retiradas todas las medidas, aunque su letrada ha solicitado reiteradamente que se le quiten y devuelvan el pasaporte porque, cuando fue detenido, tenía intención de viajar a Cuba para casarse. Su coche se le devolvió. También a 'Carolo' L. G, quien tras varios interrogatorios permanece fuera del foco, aunque los dos mantienen la condición de investigados en el caso, que está bajo secreto de sumario. Lo que no les han devuelto son los teléfonos móviles. Tampoco a Óscar S., convertido desde la semana pasada en el investigado principal, a pesar de que en los cinco interrogatorios a los que ha sido sometido ha mantenido no tener nada que ver en la desaparición de su amiga. Hasta el momento, la Guardia Civil no ha presentado pruebas concluyentes contra estas tres personas que lleven a la instructora a ordenar una detención inminente.
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