«Hay que ver si se tuvo que tomar decisiones que evitaran lo ocurrido»

La noche se había abierto con fervor, con la ilusión de recuperar el festival tras la pandemia y 55.000 almas agitando sus brazos al ritmo del aclamado DJ Steve Oaki, entre otros. Poco antes, según un testigo, se había decidido suspender un castillo por las condiciones climatológicas adversas. En ese momento varias tormentas secas recorrían ya la Comunitat tras la tórrida jornada de la peor ola de calor del verano. Varios jóvenes aseguran que empezaba a soplar viento y algunos elementos de la arquitectura del evento se agitaban, pero sin llegar a desprenderse. Pese a ello, nadie entendió que el festival tuviera que pararse de manera preventiva.

La desgracia llegó sobre las cuatro de la madrugada, en uno de los muchos reventones cálidos que a esa hora caían sobre puntos del litoral con rachas de viento potentísimas. El fenómeno meteorológico derribó el lateral izquierdo del escenario y otras estructuras de las instalaciones hasta impactar en las víctimas mientras actuaba DubVision, según los asistentes.

A partir de ahí, siguieron instantes de caos y confusión. Todos se volcaron en la atención a las víctimas y fue entonces cuando la Guardia Civil ordenó el desalojo y se paró el concierto. En 40 minutos más de 50.000 personas fueron evacuadas. Las luces de las ambulancias sustituyeron a los focos del Medusa. Alrededor de una veintena de asistentes fueron atendidos en el hospital de campaña del evento y luego trasladadas a otros centros. Otros, los menos graves, salieron con vehículos particulares para dirigirse a otros centros sanitarios.

Mientras, un joven de 22 años, al parecer procedente de Ciudad Real, pereció en el lugar. A pesar de los intentos de reanimación, su vida terminó entre las carpas y elementos derribados.

Una de las preguntas que ahora centrarán la investigación es si había elementos de peso como para haber suspendido el Medusa antes de la desgracia por la climatología adversa. El primer aviso lo dio la Generalitat, con caracter general, para los tres días de riesgo. Y mencionaba que el sábado iba a ser «complicado» por el viento de poniente en el litoral sur de Valencia.

Pero hubo más. «Localmente se pueden producir rachas fuertes de viento en las zonas donde se desarrollen las tormentas», alertaba Aemet el jueves. Esas tormentas secas se empezaron a desarrollar el viernes por la tarde. Su predicción general de Aemet en la Comunitat para el sábado 13 citaba la posibilidad de «tormentas acompañadas de rachas muy fuertes de viento».

El último boletín de información meteorológica remitido por Emergencias a los ayuntamientos, previo a la desgracia, fue a las 22.10 horas del viernes. Situaba el riesgo de tormentas, con nivel amarillo, en todo el interior de Valencia. No en el litoral. Sin embargo, la agencia meteorológica advirtió en Twitter de madrugada de que se estaban produciendo los temibles reventones cálidos desde media hora antes de la fatalidad en el Medusa.

¿Porque no decidió el ayuntamiento clausurar el evento ante estas advertencias? El alcalde Jordi Mayor no quiso entrar detalles. Se limitó a expresar su tristeza y condolencias por la desgracia. «Somos una administración muy rigurosa y escrupulosa y todo lo que concierne al festival ha tenido todos los permisos y todas las garantías jurídicas y administrativas. A partir de ahí, hay una investigación y estaremos a lo que se disponga». Por lo demás, «la autorización que se expidió para el evento estaba ajustada a ley».

La consellera Gabriela Bravo aseguró que Emergencia «trasladó previsiones y los riesgos en algunas zonas de posibles rachas de vientos huracanados». En principio, «se alertaba más en la zona de interior, pero nosotros no tenemos competencia para autorizar» o desautorizar.

El Gobierno ha lamentado este sábado la desgracia en Cullera y se ha referido a la cuestión clave de la prevención. Ahora es el momento de que «las autoridades competentes consigan la información que necesiten» para ver si se tuvo que tomar alguna decisión para evitar lo ocurrido. Así lo expresó el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, durante una visita a Cuevas de Almanzora, en Almería.

Estas fueron sus palabras: «Ahora lo que tienen que hacer las autoridades es ver exactamente lo que ha ocurrido y si se tuvo que tomar alguna decisión que lo evitara. Creo que es el momento de esperar, de que las autoridades competentes consigan la información que necesiten», ha señalado en referencia a la investigación de la Guardia Civil de Valencia.

Ahora comienza la fase en la que la Guardia Civil interroga a todas las autoridades implicadas en el evento y aguarda peritajes. Según la Benemérita, no se han recibido de momento denuncias de damnificados, «aunque estamos en un momento prematuro». El juzgado de instrucción 4 de Sueca ha abierto diligencias previas para investigar lo sucedido. Solicitará en su momento los informes periciales y ordenará las diligencias de investigación que considere oportunas.

Tras una mañana de incertidumbre para todos los jóvenes acampados, la organización del festival anunció a primera hora de la tarde la cancelación definitiva del evento de este año. Poco antes, seguían produciéndose preocupantes rachas de viento en la zona. Con un ambiente árido y triste, comenzó el lento éxodo de asistentes. Punto final trágico al Medusa 2022.