Novedades en la investigación del incendio de las discotecas de Murcia: el origen apunta a una imprudencia

Según las fuentes consultadas por este diario, la posibilidad de un cortocircuito ha perdido fuerza a tenor de dichos testimonios, que coincidieron en que, una vez declarado el incendio, la luz tardó algunos minutos en irse, lo que a priori parece incompatible con un fallo eléctrico. No obstante, las hipótesis preliminares sobre el origen del incendio deberán ser contrastadas por la inspección ocular y el trabajo de campo. La Policía Nacional, que está volcada en el caso, trabaja ya en el lugar del suceso, hasta ahora territorio de los bomberos que han peinado palmo a palmo los escombros por si hubiera más víctimas.

En todo caso, no está siendo una inspección ocular al uso. La consigna es entrar lo mínimo posible en los edificios siniestrados porque existe riesgo de derrumbe hasta de la propia fachada, que todavía se mantiene en pie. También preocupa el nivel de toxicidad que permanece en el ambiente por el devastador incendio.

Aun así, los especialistas de la Policía Científica han accedido a las instalaciones, pese al riesgo, para examinar 'in situ' los restos del fuego, aunque se están ayudando de un dron para cartografiar la superficie de los dos establecimientos calcinados y examinar los vestigios del fuego, lo que revelará los puntos donde alcanzó la mayor temperatura (por encima de mil grados). La idea es desandar su recorrido en busca del foco original.

Dado que la inspección ocular se ha demorado tres días por el estado de la estructura, los agentes se han centrado en identificar y tomar declaración al mayor número posible de testigos. La primera conclusión es que los testimonios no son coincidentes sobre el foco de origen, ya que unos lo sitúan en Teatre y otros en la Fonda Milagros.

De ese trabajo previo han surgido dos líneas de investigación sobre las que ahora trabaja la Policía. La primera apunta a que el incendio se inició en la discoteca Teatre, cerca de la zona donde el DJ pinchaba música de los años 80 en la fiesta 'remember' que se celebraba el sábado por la noche en el establecimiento. Algunos clientes, dicen, bailaban con bengalas en las manos.

Según diferentes testigos, hubo una pequeña humareda en el techo del local, un conato de incendio aparentemente sofocado por un trabajador –algunas fuentes indican que fue el DJ quien lo apagó– utilizando un extintor de la sala. Esta información puede ser relevante, ya que habrá que investigar si el extintor había pasado las oportunas revisiones y estaba en condiciones de uso pues, de lo contrario –advierten las fuentes consultadas–, puede tener un efecto contrario al deseado.

La segunda línea de investigación situaría el inicio del fuego en el interior de la Fonda Milagros. En concreto, en la primera planta, la de los reservados, que fue la que colapsó en el incendio y donde murieron las 13 personas que se encontraban en ella. Hay testigos, como Walter –primo del joven que celebraba su cumpleaños en uno de los reservados–, que ubican el fuego en el conducto del aire situado justo encima de la barra y debajo de esa misma estructura.

Al parecer, el decorado y, sobre todo, el mobiliario de Teatre y la Fonda Milagros, en los que abundaba la madera y la ornamentación de plástico, podrían haber facilitado la propagación de las llamas, ya que son elementos de fácil combustión, unido a la carencia de material ignífugo, según las fuentes. Eso explicaría la virulencia y la velocidad con la que se desarrolló el fuego, que se convirtió en un muro infranqueable para los bomberos a su llegada al lugar, unos minutos después del inicio.

Los investigadores también están intentando comprobar si el mencionado conducto del aire acondicionado pudo ayudar a extender el incendio sin que nadie se percatara, de manera que cuando los primeros clientes se dieron cuenta ya era demasiado tarde para la familia y la camarera que se encontraban en el piso superior de la Fonda. Y dado que el fuego siempre busca oxígeno para expandirse, también la escalera acabó convirtiéndose en una trampa mortal.

En paralelo, la Policía Nacional busca también en las redes sociales alguna pista que ayude a aclarar el origen del fuego. No en vano, en las últimas horas se han difundido vídeos en los que se observa a varias personas bailando con bengalas en las manos. También se han compartido imágenes de los momentos posteriores al fuego en los que se aprecia el instante en que los clientes desalojan las discotecas.

Una vez se concluyan las diligencias sobre el origen del incendio y las identificaciones de las víctimas, se remitirá al juzgado un atestado completo del caso. Dicho informe habrá que analizarlo luego a la luz de la situación administrativa de ambas discotecas que, según el Ayuntamiento de Murcia, carecían de la oportuna licencia. Otra variable que habrá que aclarar, aunque con ello se entraría ya en el terreno de una posible negligencia, es el cumplimiento de la normativa antiincendios, extremo que esclarecerá la inspección ocular que está en marcha.

El Ayuntamiento denegó dicha solicitud después de que la discoteca Teatre se dividiera en dos locales distintos (en el segundo abrió la Fonda), aunque pertenecientes a un mismo espacio original. El consistorio murciano incluso ordenó el cese de la actividad en enero de 2022, pero no se ejecutó el correspondiente cierre y precinto de los establecimientos, que 20 meses después seguían abiertos e incluso anunciando sus fiestas en redes sociales.