No todos los pasos que se dan en la regulación de la marihuana van encaminados a su legalización. Algunos recorren el camino contrario. Es el caso de Tailandia, que despenalizó el cannabis hace dos años y que ahora anuncia su recriminalización. Lo ha hecho su ... primer ministro, Srettha Thavisin, de una forma poco ortodoxa: en Twitter. «Quiero que el Ministerio de Sanidad reforme la normativa y vuelva a incluir el cannabis como narcótico», escribió, puntualizando que solo se permitirá «el uso medicinal» de esta sustancia.
Publicidad
La noticia llega dos años después de que Tailandia se convirtiese en uno de los primeros países asiáticos en despenalizar el uso recreativo del cannabis. Desde entonces, han nacido decenas de miles de establecimientos que dispensan marihuana, un negocio que, según diferentes previsiones, iba a alcanzar un volumen de más de mil millones de euros en 2025. El año pasado ya movía unos 700 millones. Ahora, el negocio está en el aire, porque la orden del dirigente se hará efectiva antes de final de año.
«Las drogas son un problema que destruye el futuro de nuestro país. Cada vez más jóvenes son adictos, así que tenemos que actuar rápido, confiscar los bienes de los traficantes y expandir el tratamiento», explicó Srettha, que ha dado tres meses de plazo a las autoridades para que logren «un claro progreso» en la lucha contra los estupefacientes. Para facilitarla, el primer ministro también ha pedido que se clarifiquen las reglas, y que términos tan poco concretos como 'una pequeña cantidad' se detallen en gramos o unidades.
1,1 millones
de tailandeses han solicitado licencia para cultivar marihuana.
Es un cambio sorprendente si se mira desde la tendencia hacia la despenalización de la marihuana que impera en Occidente, pero no debería sorprender demasiado en Tailandia porque el partido del nuevo primer ministro ya llevaba en su programa el endurecimiento de las políticas sobre estupefacientes. El conservador Pheu Thai de Srettha, que gobierna en coalición desde el pasado mes de septiembre, prometió dar marcha atrás en la legalización.
Hasta que eso suceda, la marihuana se considera 'una planta controlada'. Eso quiere decir que para cultivarla y venderla se requiere una licencia -1,1 millones de tailandeses han solicitado la primera-, y que su adquisición está prohibida a menores de 20 años y mujeres embarazadas. Tampoco se puede fumar en lugares públicos. En la práctica, se puede encontrar en diferentes formas en multitud de locales, muchos sin licencia, y no se persigue su consumo, muy extendido entre los turistas extranjeros.
Publicidad
El Gobierno subraya que esta situación ha tenido consecuencias negativas. Según las estadísticas del Ministerio de Sanidad, el número de adictos a la marihuana se cuadriplicó solo en los seis primeros meses desde su legalización -pasó de 72 a 282 casos mensuales-, y el de quienes han recibido tratamiento por brotes psicóticos relacionados con la sustancia creció de 37.000 en 2022, año en el que se legalizó, a 63.000 el año pasado. También se ha reducido la edad media a la que se consume cannabis, y la prensa a menudo resalta casos en los que provoca reyertas.
Son datos que han incrementado el apoyo social a la prohibición, aunque las leyes no volverán a ser tan duras como antes con el consumo recreativo de marihuana. Porque la mera posesión se castigaba con penas de hasta 15 años de cárcel, mientras que el tráfico podía acarrear la pena de muerte. Con la legalización, 3.000 presos fueron inmediatamente puestos en libertad. Ahora, la propuesta de ley que se publicó en enero recoge multas de hasta 60.000 baht (1.500 euros) y un máximo de un año de cárcel. Esas penas se triplicarían en el caso de cultivos ilegales.
Publicidad
Lógicamente, no todos están a favor de esta modificación regulatoria. «Mucha gente ha estado cultivando y vendiendo cannabis en tiendas nuevas. Tendrán que cerrar», argumenta Prasitchai Nunual, secretario general de la Red para el Futuro del Cannabis de Tailandia, en declaraciones a Reuters. «Si estudios científicos demuestran que la marihuana es más perjudicial que el tabaco y el alcohol, entonces podría ser recalificada como narcótico. Pero si el daño que provoca es menor, también el tabaco y el alcohol deberían ser clasificados como tales», sentencia.
¡Oferta 136 Aniversario!
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.