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La Rioja
Sábado, 15 de febrero 2025, 13:49
Los niños expuestos al humo del tabaco en el hogar son más propensos a mostrar determinados cambios en el epigenoma, los cuales pueden alterar la manera en que los genes se expresan. Estas alteraciones epigenéticas podrían influir en el desarrollo de enfermedades en el futuro.
Esta es la conclusión principal de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación 'la Caixa'. Los resultados, publicados en Environment International, resaltan la necesidad de reducir la exposición al tabaquismo pasivo, sobre todo en entornos infantiles.
Nuestro ADN funciona como un libro de instrucciones para el cuerpo. Sin cambiar el contenido del 'libro' (es decir, la secuencia génica), el humo del tabaco puede añadir 'marcas' en ciertas páginas, afectando la manera en la que se leen esas instrucciones. Una de estas marcas, la metilación del ADN, es uno de los principales mecanismos epigenéticos, y permite activar o inactivar la expresión de los genes.
Aunque hace tiempo que se sabe que los efectos del tabaquismo materno en el embarazo afectan el epigenoma, esta investigación es de las primeras en mostrar cómo la exposición pasiva al humo del tabaco en la infancia también puede tener un efecto.
El estudio ha incluido datos de 2.695 niños de ocho países europeos: España, Francia, Grecia, Lituania, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia. Los participantes tenían entre 7 y 10 años y eran voluntarios de seis cohortes del Consorcio sobre Epigenética en el Embarazo y la Infancia (PACE, por sus siglas en inglés).
A partir de muestras de sangre de los participantes, el equipo científico estudió el nivel de metilación en sitios concretos del ADN a lo largo del genoma, y lo asoció con el número de personas fumadoras en el hogar (0, 1, o 2 o más).
Se identificaron cambios en la metilación del ADN en once regiones (llamadas CpGs) asociadas a la exposición al tabaquismo pasivo. La mayoría de estas regiones también se habían relacionado en estudios previos con la exposición directa al tabaco en personas fumadoras activas o durante la gestación. Además, seis de ellas se asocian a enfermedades como el asma o el cáncer, para las que el tabaco supone un factor de riesgo.
«Nuestro estudio muestra que el tabaquismo pasivo durante la infancia deja huella a nivel molecular, pudiendo modificar la expresión de genes que influyen en la susceptibilidad a enfermedades en la edad adulta», afirma Marta Cosin-Tomàs, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
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