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Marco Vinicio, el ciudadano ecuatoriano y vecino de Torre Pacheco que llevaba encarcelado desde el pasado mayo como sospechoso de haber estrangulado a su esposa, apareció muerto en prisión en la madrugada del pasado domingo, según confirmaron a 'La Verdad' fuentes de toda solvencia. Los ... primeros datos apuntan a que el sospechoso se habría quitado la vida en el centro penitenciario de Sangonera la Verde, en el que se encontraba en situación de prisión preventiva por orden judicial, a la espera de ser juzgado por el crimen.
El fallecimiento de Marco Vinicio fue descubierto por su compañero de celda a primera hora del domingo y, según los pocos datos que han trascendido, mostraba heridas en brazos y en el cuello, lo que indica que pudo autolesionarse con algún objeto cortante para quitarse la vida. Las fuentes mencionadas confirmaron a 'La Verdad' que al menos en dos ocasiones previas había tratado de suicidarse en prisión, en apariencia llevado por los remordimientos por haber matado a su compañera sentimental.
El cadáver fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de la Región para que le fuera realizada la autopsia y poder determinar así las razones exactas del fallecimiento y descartar, como parece, que hayan participado terceras personas.
El aparente suicidio de este interno ha llevado a Instituciones Penitenciarias a abrir una investigación, que servirá para establecer las circunstancias en las que se ha producido el suceso y para determinar si alguien ha podido incurrir en algún tipo de responsabilidad.
El crimen que motivó su ingreso en prisión se produjo en la madrugada del jueves 9 de mayo, en el domicilio conyugal de la pareja, cuando en apariencia se originó una situación «de tensión» entre ambos cónyuges. Entonces, Marco Vinicio se habría abalanzado sobre la mujer, María Lourdes Mantilla, y le habría aprisionado el cuello con sus manos hasta quitarle la vida.
Después situó el cuerpo sobre la cama, lo arropó parcialmente con una sábana y le colocó una rosa sobre el pecho, en un gesto que expertos en ciencias forenses vinculan con una muestra de arrepentimiento y hasta una especie de vano intento de «buscar» el perdón de la víctima por la barbaridad cometida con ella.
El sospechoso esperó a que avanzara el día para salir a la calle y tratar de conseguir un vuelo a Ecuador para ese mismo día, pero solo quedaban plazas para el viernes. De esta forma, tuvo que esperar unas horas, lo que permitió frustrar la fuga cuando se disponía ya a embarcar en un avión.
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