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Fernando Torres, Juan cano y Álvaro Frías
Miércoles, 13 de enero 2021, 15:36
Dos coches parados en un paso de peatones, uno al lado del otro. El conductor de un Volkswagen gris habla con dos chicas que circulan en un Mini blanco, obstaculizando el tráfico. Entre los pitidos de varios conductores, el joven se baja del vehículo, pide ... a la conductora que abra la ventanilla. Ella no se termina de fiar y solo la baja unos diez centímetros. Por ahí, por esa rendija, el individuo introduce un bote de plástico y rocía a las dos mujeres con un líquido para luego darse a la fuga. Es ácido sulfúrico al 98 por ciento de pureza.
Así se produjo la escena que conmocionó ayer a Cártama y a la provincia de Málaga. La agresión obligó a ingresar a las dos jóvenes –de 26 años de edad– en estado grave y movilizó un importante despliegue de la Guardia Civil y de la Policía Nacional para dar con el presunto autor de los hechos, exnovio de una de las víctimas. Según las fuentes consultadas por SUR, se trata de un joven de 26 años que había mantenido una relación sentimental con la conductora del Mini durante seis meses. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado movilizaron ayer un imponente dispositivo de búsqueda que seguía activo.
Según ha podido saber SUR, el joven al que busca la Guardia Civil tiene en vigor siete órdenes de detención. Robo con fuerza, robo con violencia, contra la seguridad del tráfico por conducir sin carné y malos tratos son algunos de los delitos por los que el sospechoso lleva un año huido de la justicia. Además, según las mismas fuentes, tres de esas requisitorias van acompañadas de sendas órdenes de ingreso en prisión firmadas en diferentes juzgados de la provincia.
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El ataque dejó una escena dantesca que conmocionó a los testigos. Las víctimas abandonaron el Mini a la carrera –el vehículo circuló sin nadie al volante durante sesenta metros hasta chocar contra una farola–, y se quedaron tendidas en el suelo, sin ropa. Los testigos acudieron a socorrerlas y avisaron a emergencias mientras que el autor se daba a la fuga en su coche.
Efectivos de la Policía Local llegaron en primer lugar, alertados por el aluvión de llamadas que se registraron en la sala del Teléfono Único de Emergencias 112 y en el centro de control del propio cuerpo municipal. A los pocos minutos llegaron las ambulancias del 061, que solicitaron a su vez el apoyo de un helicóptero sanitario para trasladar a la conductora del Mini a la Unidad de Graves Quemados de Andalucía, ubicada en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
La exnovia del sospechoso se llevó la peor parte, ya que el líquido entró por la ventanilla del conductor (lugar que ocupaba ella). Según fuentes hospitalarias, sufrió quemaduras de elevada profundidad en el 45 por ciento del cuerpo, con especial afección en un ojo y un pómulo. Ingresó en la unidad de quemados en estado muy grave, por lo que fue necesario su traslado a la Unidad de Cuidados Intensivos para ser estabilizada, donde permanece pendiente de evolución.
Su acompañante fue trasladada a la Unidad de Quemados del Hospital Regional de Málaga, donde ingresó en estado grave pero estable, con quemaduras en el 25 por ciento de su cuerpo. En su caso, la mayor parte del ácido le cayó en el rostro y en los miembros inferiores.
Ayer el alcalde de Cártama, Jorge Gallardo, condenó los hechos en un comunicado oficial, a la vez que convocó a los representantes municipales a un acto de repulsa que tendrá lugar hoy, a las doce del mediodía, en el Ayuntamiento y en la Tenencia de Alcaldía de Estación de Cártama.
Estaban en el centro de formación Jarifa cuando escucharon el ruido de un coche golpeando contra una farola. Salieron a la carrera y se encontraron ante una escena que se grabó para siempre en sus retinas. «Es una imagen que tardaremos mucho tiempo en olvidar», relata a SUR una testigo que fue de las primeras personas en reaccionar al suceso que conmocionó ayer a Cártama.
Las dos víctimas del ataque con ácido estaban en el suelo, se habían quitado casi toda la ropa, que se les desprendía del cuerpo «hecha jirones». «Estaban tiritando», recuerda otro de los testigos. «En el suelo estaban todas sus cosas llenas de ácido, quemadas y deshechas», recuerdan.
Entre varias de las personas que se congregaron en torno a las heridas se pusieron a dar conversación a las víctimas mientras llegaban las ambulancias del 061, en especial a la conductora del vehículo, que «se encontraba muy aturdida».
Una de las testigos mantuvo consciente a la chica mientras se iban sumando los efectivos de emergencias, pregunta a pregunta, solo por «mantenerla hablando». Le dijo su nombre, de dónde era, y le insistió en varias ocasiones que conocía a la perfección al autor del ataque.
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