Ya lo adelantaba el anuncio que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado estas navidades: «Este año contamos menos lágrimas, menos ausencias». Y es que 2019 ha acabado con 1.098 fallecidos en accidentes de tráfico en carreteras interurbanas, 90 menos que en 2018, ... lo que supone un descenso del 7,6% y la cifra más baja de la historia desde 1960, año en que comenzó a realizarse esta estadística. «Los resultados nunca serán buenos. Serán malos, peores o menos malos, pero siempre habrá muertes violentas», señalaba el ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, que a pesar de todo celebraba un dato «histórico», en una rueda de prensa junto al director general de Tráfico, Pere Navarro.
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Este balance anual contabiliza las víctimas registradas en las 24 horas siguientes a los siniestros y únicamente en vías interurbanas. No las tenían todas consigo desde Interior, dado que el número de desplazamientos de largo recorrido se incrementó un 2,5% respecto al año anterior, que el parque de vehículos también aumentó un 2,2% y el número de conductores censados alcanzó los 27,2 millones, un 1,3% más que en 2018. Sin embargo, durante el año que hemos dejado atrás se produjeron 1.007 accidentes mortales en los que fallecieron 1.098 personas y otras 4.395 requirieron ingreso hospitalario, lo que supone un descenso del 6,7% en el número de siniestros (72 menos), una bajada del 7,6% en la cifra de fallecidos (90 menos) y un descenso del 3,8% en los heridos graves (174 menos).
Grande-Marlaska hizo hincapié en que hubo 37 días en los que no se registraron víctimas mortales, algo más de un mes en el cómputo global, y destacó lo importantes que fueron los meses de verano para bajar la estadística. Así, no solo junio, julio y agosto se cobraron menos víctimas que en 2018, sino que abril, junio y agosto marcaron también mínimos históricos, con 74, 78 y 98 muertos, respectivamente. Además, 2019 fue el primer año con cero fallecidos en autocares en todas las carreteras.
Como es habitual la mayor parte de los fallecidos se registró en los accidentes en carreteras convencionales, pero es precisamente aquí donde ha habido un descenso «significativo», tal y como apuntó el ministro. Si en 2018 fallecían 884 personas en este tipo de vías, el año pasado eran 800 los decesos, un 9,5% menos. Cabe recordar que precisamente muchas de estas carreteras veían el año pasado bajar la velocidad máxima permitida de 100 kilómetros por hora a 90, un descenso que en esos tramos ha reducido la mortalidad un 9%. En autovía también descendió el número de fallecidos, pero sólo un 2%, pasando de 304 fallecidos en 2018 a 298 en 2019, un dato «adecuado a la normalidad de una política de seguridad vial que va rebajando los niveles de mortalidad», indicó Grande-Marlaska.
Eso sí, no todos los datos son positivos. Si bien en función del medio de transporte, los turismos son los que arrojaron más víctimas mortales, con 505 fallecidos, sí hubo un descenso considerable con respecto a la cifra en 2019, 598. En cambio, en el caso de los usuarios vulnerables, que son los peatones (115 fallecidos, 22 menos que el año anterior), los ciclistas (40 fallecidos, 4 más que en 2018) y los motoristas (264), el incremento de fallecidos es palpable: de 420 en 2018 a 438 en 2019. Y sorprende un dato demoledor: el de los motoristas fallecidos, que pasaron de 217 en 2018 a 264 en 2019, un 21,6% más.
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No son las únicas cifras preocupantes. A este respecto, de los 116 fallecidos en turismos y furgonetas, el 20% no llevaba puesto el cinturón de seguridad. «Se podría haber evitado cerca del 50% de esas muertes», indicó el responsable del Interior. En el caso de los 264 motoristas fallecidos, 11 no llevaban casco, y en el caso de los 40 ciclistas muertos, 16 no lo llevaban tampoco.
En cuanto al número de víctimas en función del tipo de accidente, lo más común es que ocurran en las salidas de vía (432 fallecidos) y en colisiones frontales (248), a los que siguen la colisión lateral y frontolateral (129), el atropello a los peatones (117) y la colisión trasera y múltiple (104). En todos ellos, «la velocidad excesiva o inadecuada es el factor más común en los accidentes», concluyó Grande-Marlaska.
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Además, en función de la edad, la franja de víctimas mortales más importante es la de 45 a 54 años y, en segundo lugar, la de 65 o más años. En este sentido, ha indicado el responsable de Interior que «es importante seguir manteniendo la educación vial desde las edades tempranas porque así podemos tener conductores mucho más responsables desde el primer momento».
El balance anual también sirvió para poner sobre la mesa las líneas de trabajo de cara a 2020. Se hará especial hincapié en los usuarios vulnerables, con la implementanción de medidas especiales para motoristas. La DGT prevé identificar los 100 tramos de alta siniestralidad para estos usuarios, mejorar los cursos de conducción segura y promocionar el uso del 'airbag'. Asimismo, Tráfico continuará con modificaciones normativas, como el envío al Congreso de los Diputados del proyecto de ley de reforma del carné por puntos y la reducción a 30 kilómetros por hora de la velocidad en las calles de las ciudades con un único carril.
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