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Enric Bonet
París
Miércoles, 2 de octubre 2024, 19:34
Desde el lunes tiene lugar en el Tribunal de Aviñón la quinta semana del juicio del caso Pelicot. En la sala de audiencias de esta localidad del sudeste de Francia, comparecerán hasta el viernes siete de los 50 acusados de haber violado durante casi una ... década a Gisèle Pelicot, de 71 años, a instancias de su marido, Dominique, que la drogaba y adormecía. Uno de esos presuntos violadores ha sorprendido por su sinceridad. Tras unos últimos 15 días marcados por los eufemismos y por el desconocimiento de lo que significa el consentimiento, Jérôme V., de 46 años, reconoció haber violado de manera deliberada a la víctima.
«Lo único que me importaba era mi libido», dijo el martes Jérôme V. ante la corte. Como el resto de los acusados, indicó que Dominique Pelicot lo había contactado a través de la página de libertinaje Coco.fr. «Me explicó que drogaba a su mujer y que la proponía a otros hombres. No fue algo que me sorprendiera, ya que se trataba de una nueva experiencia», añadió con un testimonio crudo y sin ninguna empatía por Gisèle. Fue, de hecho, hasta seis veces al domicilio de los Pelicot en Mazan (cerca de Aviñón) entre marzo y junio de 2020. Allí la violó mientras ella estaba sedada con ansiolíticos muy potentes. «Sabía que ella no lo consentía», reconoció.
La psiquiatra Joëlle Palma analizó este miércoles en el Tribunal el perfil psicológico de uno de los acusados más descarnados de todos los que han comparecido por ahora. Según esa experta, Jérôme V. «siente poca culpabilidad y tiene una tendencia a atribuir la responsabilidad al señor Pelicot». Además, Palma subrayó que él «tiene un interés por las prácticas sexuales anormales y transgresivas», así como un problema de «narcisismo». Y describió como «no despreciable» su nivel de peligrosidad.
La audiencia del lunes estuvo marcada por la comparecencia de las parejas y familiares de los supuestos violadores interrogados esta semana. En el caso de Jérôme V., intervino Samira, su última novia antes de que lo encarcelaran en 2021. Esta trabajadora en el sector sanitario lo describió como un hombre sin códigos sociales y con problemas para integrarse en la sociedad. «Señora Gisèle, usted podría haber muerto», dijo Samira con una voz lacrimosa dirigiéndose a la víctima, que fue drogada de manera recurrente entre 2011 y 2020.
Además de Jérôme V., otro de los acusados que sorprendió por la crudeza de sus palabras y actos fue Adrien L., de 34 años, uno de los más jóvenes de todos esos agresores sexuales. Aceptó la propuesta de Pelicot de violar a su esposa en 2014, cuando solo tenía 24 años y apenas diez días antes de que naciera uno de sus hijos. Su perfil sobresale por su misoginia. «Odiaba a las mujeres», afirmó Adrien L. Según su testimonio, desarrolló este sentimiento después de saber que su primera novia —él tenía 18 años y ella, 16— se quedó embaraza por otro chico.
Este presunto violador ha insistido hasta ahora en que no creía en la ausencia de consentimiento de la víctima. «No ha mostrado ninguna empatía» hacia Gisèle y «se niega a considerarse como un violador», explicó la psiquiatra Palma. Según ella, se trata de otro narcisista «con un esquema persistente de grandiosidad y una tendencia a explotar a los otros para lograr sus objetivos».
Antes de que lo juzgaran por este mediático caso, ya lo habían condenado hace cuatro años por violencia machista contra tres de sus exparejas. A diferencia de otros de los acusados, con orígenes modestos, Adrien L. creció en una familia muy acomodada, siendo el hijo de un empresario bien ubicado en el sector de la construcción. Las violaciones no entienden de clases sociales.
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