Una mujer hace la compra en un supermercado de Bilbao. LUIS ÁNGEL GÓMEZ

Seis millones de hogares no pueden vivir en condiciones dignas

Cáritas estima que las familias con menos de 1.500 euros al mes gastan el 80% en vivienda, alimentación y transporte a causa de la fuerte inflación

Jueves, 3 de noviembre 2022, 14:40

El 31,5 % de los hogares españoles, lo que representa seis millones de familias, carecen de un presupuesto que satisfaga unas condiciones de vida dignas. La insuficiencia de ingresos y la deficiente capacidad del sistema de protección social obliga a esos ciudadanos a reducir los ... gastos de electricidad y alimentación, e incluso a dejar de comprar algunos medicamentos y productos sanitarios, como audífonos y prótesis dentales. Así consta en el estudio 'El coste de la vida y estrategias familiares para abordarlo', que evalúa las consecuencias del encarecimiento del coste de vida en los hogares más vulnerables.

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El informe, elaborado por la Fundación Foessa para Cáritas y presentado este jueves, pone de manifiesto que los hogares afrontan una nueva crisis, cuando la sociedad aún no se ha repuesto del golpe de la Gran Recesión y de los efectos de la pandemia. Las penurias se acumulan unas sobre otras, los recibos aumentan y cada vez cuesta más llenar la nevera y pagar las facturas.

La investigación, que se ha elaborado a partir de 2.500 encuestas telefónicas efectuadas entre finales de de 2020 y principios de 2021, se basa en un nuevo sistema de medición de la pobreza. Para ello se toma como referencia una cesta básica de bienes, como vivienda, alimentación, suministros, ropa y ocio, además de bienes relativos al cuidado de menores de edad y dependientes, transporte, educación. Con todo ello se estima el presupuesto mínimo necesario para llevar una vida digna. En este sentido, también se tiene en cuenta la composición de los hogares y el lugar de residencia.

Así las cosas, el nuevo sistema de medición conceptúa como «asfixiante» la situación del 31,5 % de los hogares, los cuales cuentan con menos del 85% de ese presupuesto de referencia. Sería el caso de una pareja con dos hijos adolescentes que residen en Madrid y que no dispone de 2.900 euros al mes. En el caso de un hogar unipersonal en Barcelona, supone vivir con menos de 1.400 euros mensuales, frente a casi 1.000 euros en la ciudad de Cáceres. Para un hogar monoparental con dos niños menores de 12 años de edad representa vivir con menos de 2.200 euros en San Sebastián y cerca de 1.300 euros en Ciudad Real.

Vivienda e hijos

«Los hogares con graves dificultades para satisfacer sus necesidades básicas se encuentran, sobre todo, entre los que viven en alquiler, hogares con presencia de niños en edad de estudiar, personas con discapacidad o situación de dependencia», asegura Thomas Ubrich, miembro del equipo técnico de la Fundación Foessa. A todos estos factores se suman la existencia de deudas, la ausencia de ingresos estables y el desempleo de alguno o todos los miembros activos del hogar. «Es crucial, además, considerar la brecha de género y el conjunto de dificultades añadidas que soportan los hogares encabezados por una mujer sola con la responsabilidad exclusiva de la crianza de los niños», alega Ubrich.

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Los gastos esenciales –vivienda, alimentación y transporte–, que son los capítulos del gasto a los que las familias están destinados la mayor parte de sus ingresos, son precisamente los que están soportando el mayor incremento de los precios. No en balde, la inflación correspondiente a los gastos en vivienda y suministros (agua, luz, gas) alcanzaba en junio de 2022 el 19%, al igual que la partida de transporte. Por su parte, el crecimiento de los precios de la alimentación superaba el 13%.

A la vista de esta situación, siete de cada diez hogares vulnerables han renunciado o han reducido sus gastos en ropa y calzado, mientras que casi la mitad han recortado el presupuesto familiar en alimentación, lo que afecta a tres millones de hogares.

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Según el informe, una cuarta parte de las familias no puede llevar la dieta especial que necesita por cuestiones médicas. Por añadidura, el 18% de hogares con niños ha dejado de usar el comedor escolar por no poder costearlo, situación que se ceba sobre casi medio millón de hogares con niños a cargo.

Si antes de la crisis de inflacionaria, las familias con ingresos inferiores a 1.500 euros mensuales destinaban 61 euros de cada 100 a vivienda, alimentación y transportes, al terminar el año dedicarán 80. En el caso de las familias en peor situación ,que viven con menos de mil euros, esa cifra será incluso superior.

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«Todos nos hemos empobrecido como consumidores y tendremos menos dinero para otras cosas, pero ese 31,5 % son muchas familias y no pueden asumir las condiciones básicas», apunta Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas.

Para encarar gastos imprescindibles como luz o gas, seis de cada diez hogares han rebajado el consumo de electricidad, agua o calefacción, y un 22 % ha pedido ayudas para pagar sus suministros. Las familias con más aprietos están prescindiendo de la compra de gafas o audífonos (una tercera parte) o la adquisición de algún medicamento (el 14 %) por no poder afrontar el desembolso.

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