«En el deporte, como en la vida, el 80% es cabeza»

La primera, atleta paralímpica, y su compañera, medalla de plata de taekwondo en los últimos Juegos de Tokio, participaron en un coloquio sobre la capacidad de sobreponerse a las adversidades, en el deporte y en la vida en el Santander WomenNOW, el evento sobre liderazgo femenino de Vocento.

Más que defender la idea de que 'nada es imposible', tanto Andrés como Cerezo advirtieron que frente a esta idea, lo que ellas han tenido claro siempre es la importancia de ponerse objetivos y alcanzarlos de forma progresiva para llegar a la meta.

«Hace 10 años perdí mis pies -relata Sara Andrés- y el mundo se me vino a bajo. Pensé que era imposible volver a la vida que tenía antes, pero con mucha ayuda de médicos, psicólogos y familia descubrí que imposible es solo una palabra y que lo importante era tener un objetivo. Es más, me pasé del objetivo, fui más allá. Descubrí otra sara con más poder, con más iniciativa y más fuerza; conseguí lo que quería y mucho más». Para su colega Andrés, el secreto es el mismo, ponerse objetivos, pero añade la importancia de «no perder la ilusión por el camino».

Para que esta llama no decaiga, ambas coincidieron en resaltar la importancia de la salud mental. Un tema que ha sacudido el mundo del deporte recientemente después de casos tan sonados como el de la atleta Simon Biles, que abandonó la competición en Tokio víctima de la ansiedad.

Cualquier deportista, sea al nivel que sea, siente esta presión. La atleta paralímpica reconoció que a ella, en Tokio, lo que le falló fue este aspecto y recordó que «tanto en el deporte, como en la vida, el 80% es cabeza».

Más allá de la competición, en su caso dice no tener miedo a lo que le suceda (también ha superado un cáncer de tiroides), porque ha aprendido a hacer la mejor lectura de cada cosa mala que le sucede. «Ante las adversidades yo me crezco. Pero es algo innato en mí», reconoció.

Por su parte, la medallista de taekwondo reclamó que la salud mental está en el día a día de cualquier persona y el apoyo de los profesionales es fundamental. «Todos nos enfrentamos a situaciones de estrés y dejar pasar el malestar puede llegar a explotar. Hay que aprender a gestionarlo y tener una persona que te ayude a procesar y expresar las emociones que sientes debería ser algo normal y aceptado por la sociedad», valoró.